Rumanía celebra el centenario de su nacimiento como estado, por ello la comunidad rumana en la diáspora está llevando a cabo diversos actos con motivo de esta efeméride. En Vitoria el centro de referencia para esta comunidad es la parroquia ortodoxa rumana de los Santos Cosme y Damián, situada en el barrio de Judizmendi y atendida por el sacerdote ortodoxo Radu. El pasado 1 de noviembre el Vicario General de la Diócesis de Vitoria, el salesiano Carlos García Llata compartió con la comunidad rumana la festividad de los santos patronos de esta iglesia, sumándose a la liturgia y a los bailes y la comida popular.
Este viernes, en el salón de actos de la Cruz Roja, en Portal de Castilla 52, la Asociacion Errumakultur, Biltzen y Emakunde han organizado un evento que comenzará a las seis de la tarde con unas palabras de la directora de Emakunde, Izaskun Landaiada, y del cónsul general de Rumanía, Marian Popescu.
A continuación Daniela Andreica, doctoranda en la Universidad de Zaragoza en la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo, ofrecerá una conferencia bajo el título: “Cómo hacer que mi familia sea fuerte e igualitaria.” El propósito de este acto es, según reza en la publicidad del mismo, aprovechar el centenario de la creación del Estado rumano “para enseñar los valores que se transmiten dentro de las familias rumanas, pilar de la cultura.”
El acto concluirá con la actuación del grupo de danzas Miorita y el el grupo de danzas rumanas de la parroquia ortodoxa. También se podrá disfrutar de una exposición de trajes típicos rumanos que aporta la Asociación Erromakultur.
Este acto se encuadra también dentro de la campañaña del Gobierno Vasco y Emakunde: “La igualdad se aprende. Enseña igualdad. Berdintasuna ikasi egiten da. Irakatsi berdintasuna.”
Non solum sed etiam
No hace mucho escribí un artículo sobre la educación de 0 a 3 años, y, dentro del apartado de mi opinión decía lo siguiente: “saben quienes no se acogerán a esa universalización de la educación de 0 a 3 años, pues aquellos que, aun perdiendo dinero si es necesario, sigan apostando por garantizar su cultura, sus tradiciones, sus criterios de vida, sus creencias.”
Pues aquí tenemos un ejemplo. La comunidad rumana da importancia a la transmisión de sus valores en el seno de la familia, a las que considera “pilar de la cultura”.
Por lo tanto hay que reiterar que el papel de nuestros gobernantes no es el de educar a nuestros hijos, sino crear el marco social favorable para que cada cual eduque a los suyos en libertad. A los gobernantes les compete regular la conciliación laboral y familiar; establecer el marco de convivencia para que creencias de todo tipo se vean respetadas y garantizadas en su expresión y ejercicio; tarea suya es que los diferentes pueblos puedan transmitir su identidad, costumbres y valores a las generaciones futuras, ganando todos en riqueza en la diversidad. Pero la educación religiosa o no religiosa se decide en casa, la educación ideológica se decide en casa; y en cada casa ha de valorarse la impronta que cada progenitor decide dar o no dar a sus hijos. Esa sí es una seña de identidad de una sociedad libre y democrática. Lo contrario es dictadura.