Aunque algunos programas sitúan el inicio de la fiesta de Santiago en la venta de los ajos y la carrera de barricas algunos medios se hacen eco de dos momentos tradicionales de esta fiesta y que comienzan con los madrugadores que asisten a la misa por los blusas y neskas fallecidos y que se celebra en la iglesia de San Miguel a las ocho de la mañana. Este año ha contado con mayor asistencia de público que en ediciones anteriores y además ha sido retransmitida por Radio Vitoria. En la celebración, presidida por Juanma, sacerdote  de la parroquia, ha recordado que “blusas y neskas son el alma de las fiestas de Vitoria-Gasteiz”. Tras la misa la mayoría de los asistentes se han dirigido hasta el cementerios de Santa Isabel para repetir un gesto que se remonta a 1946 como relató José María Bastida “Txapi” quien junto a la cruz donde se depositaron los ramos de flores hizo un repaso de la historia de esta costumbre que homenajea a los blusas y neskas fallecidos, especialmente a los que se han ido en el último año como ha sido el caso de Kepa Iglesias a quien se le ha dedicado una biribilketa. 

Como en años anteriores estaba presente “Celedón” en la persona de Gorka Ortiz de Urbina quien se “jubila” este año. Y otro que se “jubila”, como así lo dijo, es el párroco de San Miguel, Juan Carlos Aguillo que se despedirá oficialmente en la misa del día 5 en las escalinatas de San Miguel.  Antes de impartir la bendición a todos los asistentes ofreció una oración en la que dijo: “Oremos por nuestros familiares difuntos, por todos los vitorianos enterrados en nuestros dos cementerios, para que el Señor les conceda vivir la fiesta eterna en el hogar del cielo.”

Estos dos actos trascienden lo puramente religioso y suponen un homenaje sentido de los blusas y neskas a quienes les han precedido y han hecho que las fiestas de Vitoria-Gasteiz sean lo que son hasta el día de hoy, unas fiestas alegres, festivas, callejeras, y vinculadas a la patrona de la ciudad la Virgen Blanca.

Además de Gorka y representantes de diversas cuadrillas asistieron al acto miembros de la Cofradía de la Virgen Blanca como el Abad, Ricardo Sáez de Heredia y miembros de la Junta como Jesús García o Blanca Aguillo. 

Radio Vitoria se hizo presente también en el inicio de este acto. 

Non solum sed etiam

Si, como nos relató “Txapi” la visita al cementerio de Santa Isabel nació de forma casual  para homenajear al “Txiki” que había fallecido ese año, la cosa, con “ayuda” del Pensamiento alavés” fue tomando cuerpo y cada año se fueron sumando nombres a los que reconocer su aportación a las fiestas de la ciudad. Y es que de bien nacidos es ser agradecidos y el respeto por quienes nos precedieron es un gesto que dice mucho del pueblo que lo practica. Si bien es cierto que estos detalles se saben apreciar con los años y eso hace que los participantes en estos actos sean más bien maduritos, pero siempre se puede dejar el legado para que otros nos sucedan.