"90 años vividos en primera persona, 1931-2021" Cristóbal Herrero: Mi recuerdo del padre Llanos
Recuerdos de la fundación del Colegio Mayor Antonio Rivera
Tuve que hacer un campo de trabajo en el Pozo del Tío Raimundo, donde acababa de aterrizar el P. Llanos en 1956, construyendo las primeras casas para ingresar en el Colegio Mayor
| Cristóbal Herrero García
Me envían una página Web de Religión Digital sobre el homenaje al P. Llanos con motivo del fallecimiento hace 30 años el próximo día 12.
Me ha hecho mucha ilusión y me extraña tras la extensa reseña de su vida y apostolado en el Pozo del Tío Raimundo, el silencio de la fundación del Colegio Mayor Antonio Rivera, el Ángel del Alcázar, para Universitarios Trabajadores, en 1956 junto con D. Blas Piñar, el Ingeniero Ignacio Vinuesa y otros que formaron el Patronato.
Yo tengo 91 años y pude hacer mi Licenciatura en la Universidad de Madrid gracias a este Colegio por mis circunstancias personales económicas, pagábamos 500 pts. mensuales y como decía antes, había que trabajar para residir en el Colegio y naturalmente estar matriculado en la Universidad.
Como pueden comprender, para mí tiene un valor y significado especial la vida del P. Llanos.
Tuve que hacer un campo de trabajo en el Pozo del Tío Raimundo, donde acababa de aterrizar el P. Llanos en 1956, construyendo las primeras casas para ingresar en el Colegio Mayor.
El Colegio no tuvo mucho éxito por las circunstancias de sus condiciones, pero que para mí supuso hacer mi Licenciatura que de no ser así me hubiera sido imposible por mis condiciones personales.
El Colegio pues estuvo funcionando con normalidad los 5 años de mi carrera y después empezó un rosario de problemas hasta su desaparición como tal Colegio, convirtiéndose en un Colegio Mayor más de la Ciudad Universitaria. Y alli sigue con otra edificación y nombre distinto, frente a lo que entonces era el Campo de Fútbol Metropolitano del Atlético de Madrid, el Colegio entonces tenía dos planta y de muy sencilla construcción en el que colaboré en su construcción, como otros compañeros, tan sencillo como digo, que lo confundían con los vestuarios del Atlético.
Esta bonita historia para mí, como decía, tiene un valor muy especial.
Ahora vivo en Málaga, jubilado como Profesor de Alemán y Funcionario durante 30 años en la Escuela Oficial de Idiomas de Málaga, aunque mi licenciatura era en Historia de América.
El mes próximo se publica un libro escrito y fruto, como suelo decir, de esta pandemia de encierro y meditación, titulado "90 años vividos en primera persona, 1931-2021"
Quiero contribuir humildemente en esta efeméride de su 30 aniversario, si me lo permite como homenaje a una obra suya y a la que tenía un gran cariño.