Un pontífice a la altura de los desafíos de la época Jorge Mario Bergoglio, el químico que se hizo Papa de la Iglesia y la tiene reaccionando

Bergoglio
Bergoglio

El 13 de marzo el Papa Francisco cumple 9 años de su elección, ha llamado la atención su figura: Porque es el primer Jesuita y latinoamericano que ha ejercido el papado en la Iglesia, y esta es una forma de romper con el eurocentrismo tan marcado en la Iglesia

Desde la elección del Papa Francisco se está produciendo un camino de paradigmas en la Iglesia católica que implica un cambio de actitud ante la teología, pastoral

El papa Francisco atrae. Rezuma bondad. Entiende la premisa del Evangelio: he venido a servir y no a ser servido. Ha tenido la capacidad de salirse de los esquemas y plantear aires nuevos

La crítica del Papa al capitalismo y todas las estructuras opresoras, su teología del bien común y de la solidaridad y su propuesta de una Iglesia Pobre y de los pobres, van evocando, provocando y convocando a un nuevo despertar

En los ambientes internos de la Iglesia Católica, ningún Papa ha sufrido tanta oposición. Pero el Papa Francisco ha hecho de la aproximación y el talante pastoral el santo y seña de su pontificado

Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires, Argentina, el 17 de diciembre de 1936. Hijo de emigrantes piamonteses; Piamonte es una región ubicada al noroccidente de Italia. Su Padre era contador, empleado de ferrocarril; su madre se ocupaba de los quehaceres de la casa y de la educación de sus cinco hijos, tres varones: Alberto Horacio, Oscar Adrián y Jorge Mario (el hijo mayor) y dos mujeres: María Regina y María Elena (la única que todavía vive).

Jorge fue bautizado a los ocho días de haber nacido, el día de la navidad en la basílica María Auxiliadora. Estudio la primaria en la escuela Antonio Cerviño de 1943 a 1948 allí todavía se conservan registros de los estudiantes. Era un estudiante brillante, Amalia una amiga de su infancia cuenta una anécdota cuando ambos tenían doce años. Jorge se acerca y le entrego una hoja en la que había dibujado una casita blanca de techo rojo, diciéndole: - esta es la casa que te voy a comprar cuando nos casemos – y agrego – si no me caso con vos, me hago cura. Amalia no respondió nada, el dibujo llego a manos de su familia y ellos le prohibieron volver a verlo.

Jorge Mario Bergoglio
Jorge Mario Bergoglio

En la etapa de bachillerato trabajaba por la mañana en la fábrica de textil donde trabajaba su padre, allí se dedicaba a la limpieza y el orden, en las horas de la tarde estudiaba en el colegio, mientras tanto, Jorge Mario seguía frecuentando su parroquia: San José de las flores, a donde iba a misa todos los domingos. Tenía un amplio grupo de amigos con los que compartía, entre los cuales había también una noviecita. Con ellos salía a bailar tango y milonga.

Su vocación al sacerdocio empezó a germinar con el sacramento de la confesión con el Padre Duarte un 21 de septiembre, en el que en Argentina se celebra el día del estudiante sintió en su corazón la llamada a ser sacerdote. Sin embargo, no tuvo consecuencia inmediata, Jorge se dedicó a estudiar y se diplomó como técnico en química. Luego se decide ingresar al seminario diocesano de Villa Devoto. El 11 de marzo de 1958 fue aceptado en el noviciado de la compañía de Jesús, más conocido como los Jesuitas, realizo los estudios de humanidad en Chile, en 1963 regresa a su país natal. Recibe la licencia en filosofía en el colegio San José, de San Miguel.

Después de un tiempo que se dedicó a la docencia en las áreas de literatura y psicología. Poco antes de ser ordenado preparo sus retiros ignacianos, vivió una gran intensidad espiritual en medio de estos ejercicios escribe una oración en prospectiva de lo que iba y quería que fuese su ministerio:

Quiero creer en Dios Padre, que me ama como hijo, y en Jesús, el Señor que me infundió el Espíritu en mi vida para hacer sonreír y llevarme así al reino eterno de la vida. Creo en mi historia, que fue traspasada por la mirada de amor de Dios y, en el día de la primavera… Creo en mi dolor infecundo por el egoísmo, en el que me refugio. Creo en la mezquindad de mi alma, que busca tragar sin dar. Creo que los demás son buenos, y que debo amarlos sin temor, y sin traicionarlos para buscar una seguridad para mí. Creo en la vida religiosa; creo que quiero amar mucho. Creo en la muerte cotidiana, quemante, a la que huyo, pero me sonríe invitándome a aceptarla. Creo en la paciencia de Dios, acogedora, buena como una noche de verano. Creo que papá está en el cielo junto al Señor. Creo que el padre Duarte está allí también intercediendo por mi sacerdocio. Creo en María, mi madre que nunca me dejará solo. Y espero la sorpresa de cada día en la que se manifestará el amor, la fuerza, la traición y el pecado, que me acompaña hasta el encuentro definitivo y maravilloso que no sé cómo es, del que escapo continuamente, pero que quiero conocer y amar. Amén.

El 13 de diciembre de 1969 recibió la ordenación sacerdotal de manos del arzobispo: Ramón José Castellano. Al siguiente año recibe la licencia en teología en el mismo colegio donde se licenció en filosofía El 27 de junio recibe en la catedral la ordenación episcopal de manos del purpurado: Antonio Quarracino. En el Consistorio del 21 de febrero de 2001, Juan Pablo II le hace cardenal, asignándole el título de san Roberto Belarmino.

Con la renuncia del Papa Benedicto XVI se desarrolló el conclave para elegir al nuevo Papa, todo el mundo estaba asombrado y atónito, pues para muchos era nuevo que un Papa renunciará. Tras 25 hora y media con cuatro ciclos de votación, y dos fumatas negras, los 115 cardenales electores, inclinaron la votación a su favor y el 13 de marzo de 2013 fue elegido el Papa 266, teniendo 76 años.

Jorge Mario Bergoglio un hombre que era desconocido por muchos fieles, puesto que siempre ha estado la costumbre de un Papa europeo. Es el primer americano y el primer miembro de la compañía de Jesús en dirigir la Iglesia católica. El nombre que se puso fue Francisco en memoria de San Francisco de Asís: el humilde y libre, manso y subversivo, y siempre el menor. Desde hace exactamente 1.100 años no había habido un nombre nuevo en la secuencia de los pontífices, y ninguno había escogido hasta ahora el nombre del patrón de Italia en casi ochocientos años trascurridos desde su muerte, a pesar de que ha habido cuatro pontífices franciscanos.

Después de la elección, Francisco sonriente y de buen semblante se dirigió a los cardenales – “Dios os perdone por lo que habéis hecho”, después de organizarse, salió a los 10 minutos para el primer encuentro con los fieles después que el proto-diácono Jean Louis Tauran había anunciado. El impacto de la multitud en la plaza de San Pedro y la audiencia que lo veía y/o escuchaba por los diferentes medios este augurio, el Papa antes de despedir y dar la bendición urbi et orbi, hizo una petición inédita: “Ahora quisiera dar la bendición, pero antes, les pido un favor: antes que el obispo bendiga al pueblo, les pido que ustedes recen para que el Señor me bendiga”.

Desde la elección del Papa Francisco se está produciendo un camino de paradigmas en la Iglesia católica que implica un cambio de actitud ante la teología, pastoral: del anatema de los pontificados anteriores al dialogo del actual, del silenciamiento a la escucha, del ocultamiento a la visibilidad, del alejamiento al acercamiento.

El papa Francisco atrae. Rezuma bondad. Su porte natural, su mirada directa, franca, su rostro afable, sus brazos grandes y acogedores; su trato llano, cercano; su estilo personal austero, sus zapatones viejos, su residencia en Santa Marta en vez del Vaticano, casi como uno más que se confunde entre la gente, que entiende la premisa del Evangelio:he venido a servir y no a ser servido; su palabra sencilla, fresca y propositiva que cala bien con el lenguaje parabólico del mismo Jesús… todo eso nos toca el corazón, y también la razón.

Este pontífice ha tenido la capacidad de salirse de los esquemas y plantear aires nuevos a la Iglesia análogamente con Francisco de Asís son modelos de reforma “Francisco, repara mi Iglesia que amenaza ruina” le remarcaba el crucifijo de San Damián al Santo de Asís, estas mismas palabras han replicado en el corazón del Papa, para reparar la Iglesia es preciso, remover los cimientos hasta los mismos fundamentos, hasta refundarla en Jesús.

El análisis que hace el papa Francisco de la realidad no es ingenuo, ni idealista, sino dialéctico. Su legado pastoral y teológico no está anclado en paradigmas del pasado, anacrónicos y nocivos. “El papa Francisco repite en varios discursos y documentos que el cambio viene desde abajo, por eso habla de los movimientos populares y dice que el futuro del trabajo y de la casa común está en sus manos”. Hoy lo que importa es el sujeto, la persona, el individuo. Antes la única palabra en el hogar la tenía el papá. Hoy la dice el niño. Hay un estallido de individualismo, de anarquismo, de exigencias de libertad en todos los campos, esto se trata de una manera nueva de mirar la vida, la persona y el mundo.

Zapatos Papa

"El papa Francisco atrae. Rezuma bondad. Su porte natural, su mirada directa, franca, su rostro afable, sus brazos grandes y acogedores; su trato llano, cercano; su estilo personal austero, sus zapatones viejos, su residencia en Santa Marta en vez del Vaticano"

Desde estas características Francisco ha mirado el mundo, ha observado con nitidez el ateísmo actual y todas las desproporciones que estamos viviendo constata negatividad de la historia, pero también las potencias del ser humano para revertir la realidad injusta; ha mirado este tiempo de crisis y no solo de vocaciones al sacerdocio o vida religiosa como se concibe desde los documentos de Latinoamérica, en especial Rio de Janeiro que trata dicha cuestión, sino una crisis de la humanidad por encontrar una identidad.

La crítica del Papa al capitalismo y todas las estructuras opresoras, su teología del bien común y de la solidaridad y su propuesta de una Iglesia Pobre y de los pobres, vanevocando, provocando y convocando a un nuevo despertar. Un ejemplo fehaciente es la exhortación Evangelii Gaudium, que hace la crítica más severa contra el neoliberalismo, en continuidad con las tradiciones idolátricas de nuestra historia como se percibe en los profetas, el mismísimo Jesús de Nazaret, los movimientos proféticos movimientos altermundistas e indignados, ni evasiones de la historia. Este texto es un revolucionariamente inusual en la doctrina social de la Iglesia; la metodología usada allí, es la autóctona de Latinoamérica ‘ver, juzgar y actuar’.

En el tinglado de está exhortación el Papa menciona cuatro postulados que hacen temblar al sistema neofascista e impositor de los gobiernos: no a una economía de la exclusión y la inequidad; no a la nueva idolatría del dinero; no a un dinero que gobierna en lugar de servir; no a la inequidad que genera violencia. La alternativa que él mismo plantea es una educación crítica y en valores. La exhortación coloca en el centro un listado contundente que hace chirriar y tambalear al sistema neoliberal: ética, solidaridad mundial, distribución de bienes, preservación de las fuentes del trabajo, dignidad de los débiles, Dios que exige un compromiso con la justicia (n. 188-190, 203). Palabras que están en vía de extinción.

Oposición interna

En los ambientes internos de la Iglesia Católica, ningún Papa ha sufrido tanta oposición. Ninguno ha sido tan directamente detestado por los miembros de la propia Iglesia. Sin duda, al luchar tanto contra el Papa Francisco, los grupos tradicionalistas católicos hacen un cierto servicio a la Iglesia. Desmitifican la figura del Papa. Demuestran que el Papa también puede ser criticado y que todo católico tiene derecho a disentir.

Esperemos que mañana, si tenemos un nuevo Papa de tendencia más tradicionalista, estos hermanos que hoy luchan abiertamente contra el Papa Francisco reconozcan este mismo derecho a los que hoy defienden al Papa y su forma de vivir y entender la misión de la Iglesia. El Papa Francisco ha hecho de la aproximación y el talante pastoral el santo y seña de su pontificado. Hay quienes lo critica por ello, y quienes lo consideran un catequista ilustrado y otros que no consigue entender esta manera de actuar, Francisco ha respondido a la altura y con efervescencia a los grandes desafíos de la época.

Primero, Religión Digital
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