"Época de cambios. Lo dijo Francisco. Lo ratifica León. Lo impone la realidad" Otro Papa con las ideas claras

"León XIV huele y mira el mundo de hoy a la luz de la historia de salvación"
"Discernir a la luz de Cristo. Ese parece ser el primer punto del manual pastoral del Papa León"
"Francisco dejó clarísimo en la mayoría de sus nombramientos que prefería obispos pastores a licenciados o doctores"
"Francisco dejó clarísimo en la mayoría de sus nombramientos que prefería obispos pastores a licenciados o doctores"
| Alberto Roselli, diácono y periodista
¡Por supuesto que no es Francisco! ¡Es León!
El Papa viene dejando claro el sentido universal, de unidad e integración que la Iglesia de estos tiempos viene necesitando.
León XIV huele y mira el mundo de hoy a la luz de la historia de salvación.
Es decir, a cada situación, instancia y desafío la ilumina con la más realista trascendencia, sin caer en espiritualismos deformantes ni en principios puramente doctrinarios, que tanto mal hacen ya a la Iglesia, ya al mundo entero.
Discernir a la luz de Cristo. Ese parece ser el primer punto del manual pastoral del Papa León.
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La continuidad de Francisco deja de ser de un hombre a otro para, por fin, continuar lo que se debe hacer en la Iglesia según la intención de su Fundador: ser servidores al modo de Cristo en el tiempo y el espacio que nos toca.
Era de suponer que una vez finalizado el verano europeo el Papa comience a mostrar señales en el organigrama del funcionamiento Vaticano.
Y, lejos de ser una coincidencia casual, el primer nombramiento importante es en el Dicasterio de los Obispos.
Ni en Doctrina de la Fe, ni en Evangelización, ni en Desarrollo Humano.
Era la tarea que Francisco le había encomendado al entonces cardenal Prevost, cuidar, acompañar y sobre todo definir el perfil de obispos que la Iglesia necesita hoy.
Acerca del nuevo prefecto, un religioso de la Orden Carmelitana, napolitano, experto en todos los Derechos y con pergaminos suficientes para demostrar que a la hora de ser pastor supo hacer la tarea, recomiendo leer el artículo de José Manuel Vidal “El primer gran rugido del León…”.

Por lo demás quedan claras algunas cuestiones que resumiremos en dos:
La primera es que se evidencia el perfil de obispos que el Papa pretende.
Personas a las que todo título y estudio debe servir para ser sobre todo pastores, estar indefectiblemente cerca de la gente, ser padre de sus curas y a la vez dejarles bien en claro cuál es la tarea primordial.
Ya no alcanza con ser organizado, tener capacidad de gestión, ser deslumbrantes en el manejo de varias cuestiones a la vez, ser casi asépticos en su actuar ocultando emociones y opiniones para aparecer como políticamente correctos entre otras condiciones. Para eso están los vicarios.
Deberán servir sobre todo como pastores, no asquearse con el olor a oveja, generar cercanía y no repulsión…
Francisco dejó clarísimo en la mayoría de sus nombramientos que prefería obispos pastores a licenciados o doctores.
O más bien que si lucían sus doctorados y licenciaturas fuera traducidas en desinteresados gestos y cansancios por la proximidad sin temor a las sorpresas y a no tener respuestas inmediatas disfrazadas de la nociva postura solo doctrinal.
Este nombramiento del Papa León en el Dicasterio de los obispos, debería despertar la atención de los ya obispos. Provocarlos a al menos merituar qué está diciéndoles también a ellos con esta designación.
Lo segundo es un poco más delicado aún.
Aunque sea el Dicasterio de los Obispos el encargado de nombrarlos, la tarea pasa por los nuncios, quienes dependen de la Secretaría de Estado.
Y todos sabemos de qué se trata su tarea, la que está en su perfil y la otra, la sottovoce.
Será complicado, pero la señal, o mejor, la indicación del Papa es clarísima y contundente.
Los nuncios y los aspirantes a obispos con influencias seguramente han tomado nota. O deberían tomarla más pronto que tarde.

La Secretaria de Estado también.
Época de cambios.
Lo dijo Francisco. Lo ratifica León. Lo impone la realidad mundial que nos toca vivir.
La salida es entre todos y para el bien de todos, fundados en la Esperanza.
“Sinodal” le dicen; y en clave de servicio en nombre del Único que nos hace libres.
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