Francisco y la teología de la liberación Los aportes a la teología del papa de "todos, todos, todos": Heaney y Cimperman sobre el legado de Francisco

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Las teólogas Maeve Heaney y Maria Cimperman reflexionan sobre la relación del difunto pontífice Francisco con el legado teológico de su predecesor, el papa Benedicto XVI, y con la teología de la liberación

Las religiosas también analizan las posibles contribuciones del papa León XIV a la teología católica

"No creo que Francisco fuera tan progresista teológicamente. Creo que como persona era abierto y cálido, y creo que teológicamente lo que nos ha permitido hacer es hablar de cosas que antes no se nos permitía, como el papel de la mujer en la Iglesia y la complejidad de la sexualidad y la vida familiar. Abrió puertas"

"Si la teología de la liberación consiste en solidarizarse con los empobrecidos, creo que Francisco se identificaría con ella"

"Francisco practicó la teología de la liberación. Se involucró en la experiencia y el análisis social. Se comprometió proféticamente nombrando el pecado y nombrando la gracia. Su vida y sus acciones hablaban de una opción preferencial por los pobres y los vulnerables"

"Con León XIV creo que aprenderemos mucho del espíritu agustiniano. Este parece ser el enfoque que está fomentando, tanto continuando los esfuerzos del papa Francisco como avanzando aún más por este camino"

(Global Sisters Report).- Las teólogas Maeve Heaney y Maria Cimperman reflexionansobre la relación del difunto pontífice Francisco con el legado teológico de su predecesor, el papa Benedicto XVI, y con la teología de la liberación. Las religiosas también analizan las posibles contribuciones del papa León XIV a la teología católica.

Heaney es miembro de la Comunidad Verbum Dei y enseña en la Universidad Católica Australiana de Brisbane.

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Cimperman es religiosa del Sagrado Corazón de Jesús y enseña ética teológica y vida consagrada en la Unión Teológica Católica de Chicago. Actualmente vive en Roma y es coordinadora de sinodalidad en la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG).

El papa Francisco escucha a la Hna. Maeve Heaney, directora del Centro Xavier de Teología de la Universidad Católica Australiana, que le habla en nombre de la Red Internacional de Sociedades de Teología Católica en la biblioteca del Palacio Apostólico en el Vaticano, el 10 de mayo de 2024. (Foto: CNS/Vatican Media)

-Global Sisters Report: Desde una perspectiva teológica, ¿hay continuidades entre Francisco y Benedicto y su forma de pensar?

-Heaney: Creo que hay muchas. Tras la muerte de Francisco vi a un teólogo anglicano en televisión señalar que Francisco había hecho mucho para fomentar el liderazgo de las mujeres, pero que, en cuanto a la doctrina, había cambiado muy poco desde Benedicto. Francisco estaba abierto al diálogo y, sin duda, a cualquier acción que acercara más a las mujeres al diálogo. Pero la doctrina no cambió realmente en ese sentido y él era muy cauteloso al respecto.

Por supuesto, Benedicto era más agustiniano y más intelectual, si eso tiene sentido, mientras que Francisco se enfocaba más en los márgenes, más teólogo pastoral en cuanto a su perspectiva y, obviamente, procedente de América Latina, influenciado por la naturaleza práctica de la teología tal y como se practica allí, y por el posconcilio.

-Cimperman: Creo que encontrarían puntos en común en las cuestiones relacionadas con la Tierra. Si lees lo que ambos escribieron sobre la Tierra y la creación, dirías: "Ambos veían realmente la necesidad de cuidar de la creación y cómo las economías no están al servicio de la creación en las relaciones a las que estamos llamados".

Escribían de forma diferente, y mucha gente encontraba a Francisco más fácil de leer que a Benedicto, pero Benedicto tenía mucho en común con Francisco.

Había diferencias. Benedicto, como erudito y teólogo que también enseñó teología en una universidad, participaba con gran interés en los debates actuales. El difunto [padre pasionista] Donald Senior, que formó parte de la Pontificia Comisión Bíblica, contó una vez que el cardenal [Joseph] Ratzinger acudía a las reuniones con el vivo interés de un erudito, y esto continuó cuando se convirtió en el papa Benedicto XVI.

Eso es coherente con quien era. Le interesaban los gritos del pueblo. Sus encíclicas sobre el amor y la esperanza reflejan su comprensión de las necesidades espirituales de las personas, pero su lenguaje requería más tiempo y esfuerzo. El lenguaje de Francisco era más accesible.

Sacerdotes trabajan en un pequeño grupo de habla inglesa, el 30 de abril de 2024, con la facilitadora María Cimperman,  religiosa del Sagrado Corazón de Jesús [a la derecha], como parte de una reunión de párrocos de todo el mundo reunidos en Sacrofano, en las afueras de Roma, para compartir sus experiencias y contribuir al Sínodo sobre la Sinodalidad en curso. (Foto: CNS/cortesía del Sínodo de los Obispos)

-¿Qué otras diferencias había?

-Cimperman: Estoy de acuerdo con Maeve en que Francisco habría abordado las cuestiones 'sobre el terreno' y desde el pueblo. Su ADN ignaciano habría marcado su escucha al pueblo y su invitación a un encuentro con Jesús. Francisco nos llamó sin duda a profundizar nuestra relación con la Palabra y también escuchó los gritos y las esperanzas de las personas que tenía delante. Escuchó y oyó los relatos, y buscó respuestas. También impulsó a los teólogos a abordar las preguntas de las personas reales que nos rodean. Su cercanía al pueblo y su apertura a las preguntas nos dieron ejemplo.

Creo que Francisco, por su naturaleza, también estaba más comprometido con los relatos, con las historias. Nos llamaría [a las teólogas] para preguntar: "Y ahora, ¿qué hacen ustedes?".

Sacerdotes trabajan en un pequeño grupo de habla inglesa, el 30 de abril de 2024, con la facilitadora María Cimperman, religiosa del Sagrado Corazón de Jesús [a la derecha], como parte de una reunión de párrocos de todo el mundo reunidos en Sacrofano, en las afueras de Roma, para compartir sus experiencias y contribuir al Sínodo sobre la Sinodalidad en curso. (Foto: CNS/cortesía del Sínodo de los Obispos)

-La visión 'fácil' es que Benedicto era más tradicional en sus opiniones teológicas y Francisco más progresista. Pero, de hecho, ¿quizás los dos se encontraron en un punto determinado?

-Heaney: Ese enfoque de una comprensión más moderada de la vida [de Benedicto] tiene sentido. Hay dos cosas que me parecen interesantes desde el punto de vista teológico sobre Benedicto.

Una es que, en su primer libro sobre Jesús, dijo explícitamente: "Este es un libro de teología. No es doctrina". El papa Juan Pablo II, con todos sus dones, nunca habría encabezado ninguno de sus escritos diciendo: "No lo toméis demasiado en serio, solo leedlo", porque él estaba en modo magisterio todo el tiempo.

En segundo lugar, la humildad de ser capaz de dar un paso atrás [al dimitir como papa] y decir: "Tengo que irme". Creo que fue un gesto tremendamente humilde.

Papa Francisco
Papa Francisco

No creo que Francisco fuera tan progresista teológicamente. Creo que como persona era abierto y cálido, y creo que teológicamente lo que nos ha permitido hacer es hablar de cosas que antes no se nos permitía, como el papel de la mujer en la Iglesia y la complejidad de la sexualidad y la vida familiar. Abrió puertas. Eso es realmente importante.

Crecí en una época en la que había cosas de las que no se podía hablar, ni siquiera para estar de acuerdo o en desacuerdo. Simplemente no se podían discutir. Y eso, para mí, era algo muy importante, porque ¿cómo podemos explicar a las generaciones futuras 'por qué' las cosas son como son si nosotros mismos no somos capaces de abordarlas?

El tono entre la época de Benedicto y la de Francisco parecía diferente.

-Cimperman: Maeve tiene razón. Durante la época de Juan Pablo II y Benedicto hubo varios teólogos investigados. No conozco ningún teólogo investigado durante la época de Francisco. Creo que lo que hizo fue confiar en que los teólogos podían desafiarse entre sí y llamarse la atención unos a otros. Si algo es teológicamente incorrecto, podíamos discutirlo entre nosotros.

En la época de Francisco no había temas tabú. Él no los sacó necesariamente a colación, pero dio espacio para escribir sobre ellos, de una manera que antes la gente era mucho más reacia a publicar sobre temas de ética sexual.

-Cimperman: Si la teología de la liberación consiste en solidarizarse con los empobrecidos, creo que él se identificaría con ella. ... No sería algo nuevo que hubiera surgido con su papado. Es algo que ya estaba presente en su relación con el pueblo.

Francisco practicó la teología de la liberación. Se involucró en la experiencia y el análisis social. Se comprometió proféticamente nombrando el pecado y nombrando la gracia. Su vida y sus acciones hablaban de una opción preferencial por los pobres y los vulnerables.

-¿Qué podemos esperar del papa León XIV, un agustino, en el ámbito de la teología? ¿Cree que continuará el espíritu 'evolutivo' de Francisco?

-Heaney: Creo que el papa León XIV es una persona independiente, pero ya ha establecido conexiones muy claras con algunas de las visiones y el camino de Francisco, así como con su profética denominación de lo que el mundo —especialmente los más necesitados— podría necesitar. Percibo su preocupación por la unidad, y creo que eso es muy importante. Por eso tengo una profunda esperanza de que el Espíritu, a través del papa León, nos guíe hacia el futuro.

-Cimperman: Creo que aprenderemos mucho del espíritu agustiniano. La comunidad, la unidad y el fomento del diálogo ya forman parte de su léxico papal. Este parece ser el enfoque que está fomentando, tanto continuando los esfuerzos del papa Francisco como avanzando aún más por este camino. Sus experiencias pastorales y sus conocimientos de teología y derecho canónico le acompañarán mientras escucha. Los llevará consigo en el camino sinodal.

"Con vosotros soy cristiano y para vosotros soy obispo" [palabras de san Agustín que León citó en su primer discurso como papa] ofrece una primera pista. Estoy muy interesada en lo que aportará y en cómo el papa León seguirá creciendo en su vocación y ministerio de pastor y obispo de Roma.

Hará mucho bien y también cometerá errores. Permitamos que camine con nosotros con amor y misericordia, y mostrémosle también amor y misericordia.

El papa León XIV visita la tumba de Francisco en su primera salida del  Vaticano tras su nombramiento | Vídeos | EL PAÍS

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