(José Manuel Vidal).- Extraordinario, un milagro, un sueño cumplido. La visita del Papa a Líbano, tal y como preveíamos antes de su comienzo, fue todo un éxito. Se metió en la boca del lobo y salió indemne y con fama de taumaturgo. Se fue cerca del infierno y ni se chamuscó. La sotana blanca imprime carácter y hace milagros. El Papa frágil pero valiente, sabio, dulce, tímido y sincero cosecha un nuevo triunfo pastoral, mediático, espiritual y hasta político.
Para leer el artículo completo, pinche aquí