"Hagamos un ejercicio de inteligencia social" Nosotros, ¿qué podemos hacer por Gaza e Israel? Una propuesta

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¿Qué podemos hacer nosotros, simples ciudadanos de a pie, ante este drama que sabemos que acontece a 3600 kilómetros de España?

En las actuales condiciones, ¿cuánto tiempo más van a poder resistir los 2,1 millones de gazatíes que sobreviven prisioneros dentro de la Franja de Gaza?

Ante esta locura, ante esta negrura, ¿qué rayo de luz puedo ofrecer yo?

¿Qué podemos hacer nosotros, simples ciudadanos de a pie, ante este drama que sabemos que acontece a 3600 kilómetros de España? En las actuales condiciones, ¿cuánto tiempo más van a poder resistir los 2,1 millones de gazatíes que sobreviven prisioneros dentro de la Franja de Gaza?

Desde que tenemos memoria la mayoría de nosotros hemos conocido el conflicto palestino-israelí. Ahora, en este primer tercio del siglo XXI contemplamos cómo ha dado un salto cualitativo hacia la barbarie. A día de hoy ya es una catástrofe humanitaria, pero que puede alcanzar proporciones dantescas. Ante esta locura, ante esta negrura, ¿qué rayo de luz puedo ofrecer yo?

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"Hagamos un ejercicio de inteligencia social, de generosidad, de lucidez. Todos vamos en la misma barca, y juntos, llegamos mucho más lejos"

A propósito de esta pregunta permíteme un homenaje agradecido que puede iluminar. En estos días nos acaban de dejar dos referentes morales, dos líderes: el Papa Francisco, y Pepe Mujica. Ambos nos regalaron una lección de amistad social: procedían de tradiciones culturales y religiosas muy distintas pero sus trayectorias vitales hicieron que se encontrasen, y de ahí brotó una amistad personal cimentada en los valores que compartían. Aprovechemos esta lección. Hagamos un ejercicio de inteligencia social, de generosidad, de lucidez. Todos vamos en la misma barca, y juntos, llegamos mucho más lejos.

¿Qué podemos hacer nosotros por Gaza, e Israel?, ¿quién puede parar esto? Y la primera respuesta nos señala a nosotros mismos, a la sociedad civil. Somos nosotros, cada uno y cada una, aquí, en todas las partes del mundo, los que podemos y debemos exigir que se detenga este genocidio.

Pero, ¿quién puede parar el actual baño de sangre? A esta segunda pregunta la única respuesta que encuentro es que es la propia sociedad israelí, si ésta así se lo exige mayoritariamente a su gobierno. Solo la propia sociedad israelí puede detener el actual genocidio.

Así pues, hagamos un ejercicio de ciudadanía con un signo permanente y significativo capaz de interrogar, concienciar, de expresar. Un signo que en los espacios cotidianos se vaya multiplicando por nuestros pueblos y ciudades y sobrepase las fronteras alcanzando las conciencias de toda la humanidad y de los actores principales de tanta barbarie.

Para la paz que, en este caso, anhelamos en Oriente Próximo el signo son dos banderas colgadas en nuestro balcón o fachada, juntas, la israelí y la palestina, ambas con un crespón negro en memoria de las víctimas de ambos pueblos. Con este gesto queremos trasladar a ambas sociedades este mensaje: “no estáis solos, estamos con vosotros; nos duele lo que os estáis haciendo; parad esta espiral de violencia y sufrimiento, esta siembra de odio; que cese la destrucción y muerte que provocan las armas; daos la oportunidad de un presente y un futuro mejores; todos sois necesarios; los únicos que sobran son los violentos y asesinos”.

"El signo son dos banderas colgadas en nuestro balcón o fachada, juntas, la israelí y la palestina. Con este gesto queremos trasladar a ambas sociedades este mensaje: Daos la oportunidad de un presente y un futuro mejores; todos sois necesarios; los únicos que sobran son los violentos y asesinos"

No es mucho lo que yo puedo hacer por vosotros, pero con este poquito desde mi casa, esto es lo mucho que quiero deciros: intentad, por favor, la paz.

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