(Sor Lucía Caram).- Muchas veces hablamos de los fariseos del Evangelio, aquellos hipócritas que imponían cargas pesadas a los más débiles y que buscaban humillar a Jesús, porque su vida les cuestionaba. ¡Vamos, que el compromiso de Jesús con las personas, era revelador de su disponibilidad incondicional a la causa del Padre y este era el espejo de la única y verdadera religión: la del amor!
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