Navidad y racismo

JUAN ANTONIO MONROY
El racismo es, quizá, el más viejo reflejo del hombre. Todos los países del Occidente cristiano se ven sacudidos hoy por sobresaltos xenófobos o claramente racistas. El odio al extranjero alimenta pasiones y dinamiza la acción social. El racismo ataca siempre a los más desvalidos. Es más fácil y más rentable. Su apariencia física, su olor, su manera de hablar, sus andares, su mirada, no corresponden a la imagen convenida y admitida. La ignorancia, y el miedo, y la tendencia a darse valor considerándose superior, son los ingredientes normales del comportamiento racista.


(SIGUE... )
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