(RD/Ivicon).-El inicio del verano trae, en la vida de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), cambios de personal que por asumir responsabilidades en sus respectivas congregaciones, por motivos personales o por asunción de otras tareas, dejan la CONFER. La religiosa Soledad Mena, jesuitina, se hará cargo del Área de Justicia y Solidaridad, que hasta ahora coordinaba Teresa Sánchez, religiosa teresiana. También se produce un cambio en la dirección del Área de Misión y Cooperación, pues el misionero de la Consolata Carlos Marcilla deja este empeño.

Dentro del Equipo Directivo se crea una nueva figura, la coordinación de zonas, que será asumida por la religiosa del Santo Ángel, Blanca García. Además, también se ha nombrado a Sofía Contreras, religiosa de las Hijas de Jesús, responsable del Área de Pastoral Juvenil de la CONFER.

También se producen cambios en el Área de Comunicación. Deja la dirección el trinitario Isidro Hernández, que ha sido el director del Área de Comunicación de la CONFER durante los últimos diez años, departamento del que dependía la Revista CONFER, el boletín de Noticias, los cuadernos Con Él y la Agencia de Noticias IVICON. También dejan el Área de Comunicación, el carmelita David Jiménez, el salesiano Javier Valiente y la religiosa mercedaria Carmen Quirós.

Otras personas que concluyen su colaboración y trabajo en CONFER son la religiosa claretiana Adela de Pablo, Gloria García, religiosa del Niño Jesús, y la seglar Rosi Caputto.

La Vida Religiosa agradecida

Detrás de esta lista de nombres se esconde el esfuerzo y la dedicación de todos ellos al servicio de la vida religiosa. El trabajo de todas estas personas ha sido de gran valor a lo largo de estos años en que han colaborado con la CONFER. Su dedicación y valía personal se ha manifestado en el buen hacer al frente de las tareas encomendadas y en el impulso a los distintos aspectos de la vida de la CONFER.

La Conferencia de Religiosos agradece el esfuerzo realizado por estos religiosos, religiosas y seglares, que han sabido aportar, a la vida consagrada en España, lo mejor de sí mismos y han mostrado el cariño hacia la vida religiosa.

Este agradecimiento se extiende, también, a sus respectivas congregaciones al permitirles desarrollar esta labor al servicio de toda la vida religiosa, en una muestra concreta de trabajo intercongregacional, que es precisamente un signo de la renovación de la vida religiosa.