David Acebes, Cristo de Valmaseda: «No soy una persona que vaya a misa»

-¿Ha sido difícil transformarse en Cristo?
-Llevo dos meses dejándome crecer la barba y mucho más el pelo, pero en el tema físico no he tenido que hacer ninguna preparación especial porque normalmente ya practico deporte durante el año. Juego a fútbol y entrenamos todas las semanas.
-¿Esa preparación ha jugado a su favor para interpretar a Jesús?
-Supongo que son muchas cosas aparte de la forma física. El haber participado antes en el Vía Crucis como San Andrés también tiene que haber influido, pero no sé qué es lo que ha jugado a favor para que me dieran el papel.
-Recientemente tuvo un encuentro con los actores que han hecho de Cristo en los últimos años. ¿Qué consejos le dieron?
-Me han recomendado que, sobre todo, esté tranquilo y me han dicho que disfrute de estos días. Lo primero es lo más difícil porque, a medida que se acerca el momento, uno se pone nervioso.
-Pero ya tiene experiencia con el público, ¿no?
-Sí. No sólo por mis intervenciones en La Pasión. También interpreto algún personaje en el mercado medieval de Balmaseda. Pero allí no hago ningún papel importante, sólo de bulto.
-¿Y cuál es su escena preferida de La Pasión?
-La oración del huerto. Sin ninguna duda. Estás solo en el escenario y además es la más emotiva. También es una escena que sólo se prepara los últimos días, a diferencia de otras partes del Vía Crucis con las que llevamos trabajando cinco o seis meses.
-¿Y cómo han ido esos ensayos?
-Hay menos nervios, porque casi no hay gente mirando.
-¿Ha pensado en el momento en que le golpean con las fustas? ¿Le preocupa?
-No me preocupa especialmente. Ya sé que me van a dar, pero es importante para mucha gente que te está mirando. Además, estaré tan metido en el papel que no creo que note nada.
-¿Y en el momento del Vía Crucis? Tendrá que cargar con más de 60 kilos. ¿Tiene pesadillas con eso?
-Realmente no. Cuando llegue el momento, tan sólo me dejaré llevar por la Cruz.
-Anuncian mal tiempo. ¿Qué hará?
-Seguir adelante. Otros años cuando ha llovido se aligera un poco el paso y se hace más rápido... Nada más. He estado pendiente de las previsiones, pero ahí no se puede hacer nada.
-¿Quién representa mejor a Balmaseda, usted o el Puente viejo?
-(Risas) Balmaseda es todo. Sus edificios, la Pasión Viviente... Pero lo mejor son los actos y tradiciones que llevan a cabo sus vecinos sin recibir nada a cambio.
-¿Cómo ve a la Iglesia y el papel que ha jugado en los últimos tiempos?
-En casa he recibido una educación religiosa, pero no soy una persona que vaya a misa. Esto lo hago por mantener una tradición del pueblo, así que lo cierto es que eso es algo que no he entrado a valorar.
-Y en esa tradición, ¿cabría un Cristo de otra raza?
-¿Por qué no? Los tiempos están cambiando y cada vez hay más personas foráneas que se van integrando entre nosotros. No descarto un Cristo de color.
-¿Ha tomado a alguien como modelo para encarnar a Jesús?
-Sobre todo a José Manuel Ansuátegui, que lo interpretó el año pasado. Aparte de que lo viví más de cerca al interpretar a un apóstol, para mí lo hizo especialmente bien.
-¿Cree que el Vía Crucis es importante para la gente?
-Te das cuenta de que te miran y de que lo que tú haces les preocupa. También eso te ayuda a no irte y a esforzarte más. Está claro que si vienen tantas personas es porque para ellas es importante. Además también se hace por amor al pueblo y a su tradición.