Libro del Papa, "fraude de guante blanco"

Cuando la publicidad de un producto no se corresponde con lo que después se ofrece y se paga, le llaman fraude. El montaje del Vaticano para vender el nuevo libro de Ratzinger es el diseño exquisito de un fraude o engaño con resultados muy rentables.

La cristología es una asignatura central de la teología cristiana. Tan central que lo que se estudia en cristología incide inmediatamente en cualquier otra asignatura del sistema teológico. Si cambia algo en cristología cambia la eclesiología, cambia la liturgia, cambia la Trinidad, cambia el estudio de Dios, cambia la antropología cristiana, y tendría que cambiar hasta el derecho canónico.

La cristología es estudio sobre Jesús, sobre Cristo, sobre Jesucristo. ¿Es hombre? ¿Es Dios? ¿Es la segunda persona de la Santísima Trinidad? ¿Es redentor o es liberador? ¿Nació hecho o se fue haciendo? ¿Sabia quién era? ¿Los evangelios son una biografía de Jesús? ¿Lo que dicen los evangelios que dijo Jesús, lo dijo Jesús? ¿Nació en Belén? ¿Nació de una mujer sexualmente virgen? ¿Sus antepasados son los que cuenta Mateo o los que cuenta Lucas? ¿Murió como dice Juan el día de la Pascua o murió al día siguiente como dicen los sinópticos? ¿Hizo milagros? ¿Resucitó a Lázaro? Cientos de preguntas de cuyas respuestas dependen nuestro modo de creer...

Miren ustedes. El Sr. Ratzinger será todo lo intelectual que ustedes quieran. (Mi opinión ante su preclara inteligencia, es la de algunos condiscípulos suyos: que en su carrera destacó como estudiante listo y estudioso. Pero un segundón, no un primero). Además, su especialidad nunca fue el estudio de la escritura. Su teología es más especulativa, sistemática, aristotélica, escolástica. Hábil en el regate del distingo. Llegado un momento en su vida, se pasó al escalafón del vaticano. ¡Y vive Dios cómo ha prosperado!

El Sr. Ratzinger debería haber pasado su manuscrito, antes de publicarlo, al Cardenal Martini, uno de los mejores especialistas en escrituras que tiene la Iglesia Romana. Pero eso hubiese supuesto una humildad con la que, por lo visto, no cuenta.

Un ejemplo: presupone que las bodas de Caná son un hecho histórico. Con ridícula y audaz precisión afirma que transformó el agua en 520 litros de vino. Se ve que no conoce los estudios arqueológicos que ilustran cómo eran las casas en las aldeas galileas de aquellos tiempos. ¡6 tinajas de cien litros en una casa! ¿No será que las bodas de Caná son más que un hecho histórico una escena literaria cargada de teología para explicar cual era la misión de Jesús? Si hay un evangelio en el que predomine la teología sobre la historia ese es el de Juan. Si dentro de Juan hay un “hecho” que sea pura teología ese es la boda de Caná. Al menos hasta que el teólogo Ratzinger ha encontrado los 520 litros de vino.

¿O es que el discurso largísimo, según Juan, después de la última cena también es histórico? Lo más seguro es que si el Jesús histórico hubiese leído el evangelio de Juan no lo habría entendido.

Sr. Ratzinger, yo no puedo admitir que usted venga ahora a decirnos que el Jesús de los evangelios es el Jesús histórico. Usted, si estudia y lee algo más sobre el asunto, podrá descubrir datos históricos –no cabe duda - en los evangelios. Pero vaya con cuidado que si, con sus estudios, se encontrara usted con el Jesús de Nazaret que recorría los caminos de Galilea, Samaría, Judea, podrían ocurrir dos cosas: primero, usted lo manda a Él a las mazmorras del Vaticano; o segundo, usted abandona el Vaticano, su piano, sus ropas, sus pompas y sus vanidades, para seguirle.

Tengo un conocido al que hicieron presidente de una nación. Y como no sabía economía, alguien se ofreció a enseñársela en dos tardes. Como usted es papa y no ha estudiado mucho del Jesús histórico, le sugiero llame a Torres Queiruga, José Ramón Bustos, Rafael Aguirre, José Luís Sicre… y compre además todos los libros de Juan Mateos. A los profesores alemanes los conocerá mejor que yo.

Luis Alemán, teólogo (www.feadulta.com)
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