Losantos arremete de nuevo contra el cardenal Sistach y se venga de su compañero el padre Bru

Está quer trina o que echa las muelas. Y muerde por las ondas. Federico Jiménez Losantos sigue administrando su medicina de siempre a sus "enemigos" de siempre y de ahora (Rajoy, Gallardón)y a otros nuevos. Y, entre éstos últimos, a algunos que son los dueños de sus micrófonos: el cardenal Martinez Sistach y su propio compañero, el director de la programación socio-religiosa de la cadena, el sacerdote Manuel María Bru.

Al cardenal Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona, lo tiene enfilado desde que se atrevió a salir en La Vanguardia diciendo que Losantos "perjudica a la Iglesia". Su respuesta no se hizo esperar y, al día siguiente, el purpurado catalán (y con él toda la Iglesia) tuvo que asistir, indefenso, a que el locutor le aplicase a uno de los dueños de la empresa la misma estopa que viene aplicando a diario a todo el que se mueve. Y reclamando, al mismo tiempo, libertad de expresión. Para él, pero no para un cardenal.

En su línea habitual de descalificaciones, insinuaciones y mezcla maledicente de datos falsos y ciertos, el locutor, tras tacharle de "cardenal acardenalado", le vinculó directamente con la protección de un cura envuelto en un caso de aborto nada claro. Y se lo echó en cara al arzobispo de Barcelona.

Hoy, con todo desabrido, como ladrando más que hablando, volvió a insultar gravemente al cardenal Sistach. Esta vez le acusó de no oponerse a la "discriminación lingüística" que, a su juicio, se está perpetrando en Cataluña. Y, por supuesto, de llevar a la ruina económica a Radio Estel, la cadena de radio de los obispos catalanes. "Cada uno está en su derecho de decir lo que molesta, y yo también al cardenal de Barcelona. El tiene una cadena de radio, Radio Estel. Once emisoras. La audiencia está entre el cero y el infinito. Vamos, más bien cerca del cero, la nada. Y ahí pierden mucho dinero, ¿por qué? Porque es un espacio de alocución nacionalista y un poquito de música de fondo. Y esto da la impresión de que a los que todavía van a misa no les gusta. Prefieren escuchar la COPE".

Y con el padre Bru, lo mismo, pero más cargado de bombo. Manuel María Bru es un sacerdote de los Focolares, amable, buen comunicador y excelente profesional de los medios de comunicación. Fue delegado de medios del propio cardenal Rouco en el arzobispado de Madrid y, ahora, ocupa el cargo de director de la programación socio-religiosa de la Cope. Es, pues, por un lado compañero de Losantos y, por el otro, representante de la propiedad.

Un cura que, además, hace algún tiempo publicó un libro y acuñó el eslogan más famoso de la cadena: ¡Somos libres!

Pues ni por ésas. El padre Bru se atrevió a salir en defensa del agredido cardenal de Barcelona. Por sentido de comunión eclesial y, porque, en conciencia, no podía callarse. Y se la jugó, mientras otros muchos decían lo mismo en privado, pero guardaban silencio en público.

Hoy, su compañero Losantos le llamaba simplemente Bru y le aconsejaba en antena que lo mejor que podía hacer era irse a Radio Estel. "Me dicen que Bru podría ir a Radio Estel, pero eso es rigurosamente falso porque no tiene el nivel C de catalán. A partir de este verano cuando reciba las clases de catalán... Yo hablo de lo que sé, y les digo que yo no he recibido ninguna oferta para ver si podemos reflotar Radio Stele. Pero yo creo que Bru a lo mejor es el hombre indicado para esto. Pero nivel C, eh. Sí, sí, Bru, así están las cosas".

Y lo que le queda al sacerdote madrileño. Porque su compañero es de los que, cuando empitona a alguien, no lo suelta. Ni con agua hirviendo. Aunque atente contra el compañerismo más primario y contra el ideario de la cadena. ¡Pobre ideario de la cadena Cope!

¿Y el cardenal Rouco no va a intervenir? ¿No va a decir nada públicamente en defensa del cardenal de Barcelona y del cura de su diócesis y colaborador cercano agredidos por Jiménez Losantos? ¿Va a ser capaz el cardenal de aguantar, un día sí y otro tamibién, las embestidas contra todo y contra todos del locutor de La Mañana? ¿Incluso contra los propios clérigos?
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