1.- Alma de Cristo, santifícame. Siempre he querido ser santo, pero nunca he puesto los medios para santificarme. En cuanto me ha llegado la mortificación, con cuentagotas.
2.- Santifícame, Señor, dame más decisión para abrazarme al sacrificio. Que, aunque la santidad no está en el sacrificio, sin él nadie podrá santificarse. Señor, danos sacerdotes santos, obispos santos, almas consagradas santas, seglares comprometidos santos.
3.- Que la santidad brille en todos los estados y condiciones humanas. Ten misericordia de nosotros. Mira, Señor, este mundo, este tu pueblo que se aleja de la verdad y del amor. Ten compasión de nosotros.
4.- Envíanos tu luz y gracia para salir de esta crisis. Que salgan líderes religiosos de gran santidad y fuerza de apostolado. Perdona mis pecados, mira que no te he sido fiel y necesito mucho de tu misericordia. Mantenme en tu amistad. "Sed perfectos, dijiste, como vuestro Padre celestial es perfecto".
5.- Dadme fuerza y gracia para aspirar a la perfección. Me has llamado a la fe y a la gracia y a la gloria eterna. Espero en Ti, Señor. Asísteme ahora y en todo momento para ser santo.
6.- Ayúdame a vivir en este día en tu gracia. Dame ese alimento de cada día para mantenerme en todo momento en tu amor y en tu amistad. Que se aleje de mí el resentimiento, el resquemor, la ira y el despecho. Y dame espíritu de sacrificio.
7.- Dios Padre me ha creado para que sea santo; el Hijo me ha redimido para que yo sea santo; el Espíritu Santo habita en mí para que yo sea santo; no moriré sin ser santo con tu gracia. Por encima de todo estás Tú, Señor, haz que siempre me adhiera a tus mandatos y no permitas que jamás me aparte de Ti.
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