EL CRUCIFIJO EN NUESTRA VIDA INTERIOR
Espiritualidad
| José María Lorenzo Amelibia
EL CRUCIFIJO EN NUESTRA VIDA INTERIOR
A temporadas he tenido gran amor al crucifijo. Me ha ayudado mucho. En algunas épocas me he olvidado y lo he tenido en el cajón. Lo que nunca ha fallado ha sido mi amor al Sagrario. Pero desde que leí la vida del padre Nieto, ha retornado con mucha mayor fuerza mi nuevo amor al crucifijo. Y he sacado los dos que siempre me han gustado más: el de mi ordenación y el de misionero.
El Padre Nieto practicaba su oración en la habitación con el crucifijo en las manos. Con los años se hizo mayor su "hambre" de crucifijo y lo llevaba a todas las partes. Supo esta cruz de muchos coloquios con el Señor; le acompañó en momentos difíciles, en visitas a enfermos, en días crudos. Y selló sus labios en la hora de la muerte.
Yo me acuerdo también de unos ejercicios espirituales: se nos habló mucho del crucifijo personal. Fueron en los días anteriores al presbiterado. Los dirigió D. Rufino Pascual, sacerdote de Navarra de mucha virtud, creo que fue el primer párroco de San Miguel de Pamplona. Él supo infundirnos amor al crucifijo. Aunque sólo fuese por recordarnos su presencia, debiéramos tenerlo junto a nosotros siempre. Pero no como un cuadro de rutina, sino como algo vivo. ¡No acostumbrarnos! Hacer oración con él.
José María Lorenzo Amelibia
Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com
Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/
Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia. Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2