1.- "Consolad a mi Pueblo", decía el Profeta en tu nombre, y el consuelo, Padre, lo dabas Tú. Me arrimo a tu consuelo que no dudo me lo dará.
2.- Cuando me llamas no he de quedarme pasivo, sino a la escucha de tu mandato y con mi respuesta total hacia Ti: "Sí, me levantaré; marcharé hacia mi Padre".
3.- Ábreme, Señor, el camino; que sea en el desierto o donde Tú me lo indiques, pero que sea hacia tu Heredad.
4.- La Palabra Dios permanece para siempre; que seas Tú mi única Palabra; que permanezcas en mí.
5.- Tu palabra se cumple siempre; solo ella es verdadera y vale la pena confiar.
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