Es apasionante el camino de la vida interior. Sobre todo cuando amos descubriendo algo de los dones del Espíritu Santo. Cómo influyen en nuestra vida. El don de ciencia, entre otras cosas, nos ayuda a ver grados de perfección cada vez mayores; a ver si nuestras acciones son cada vez más conformes con los designios de Dios sobre nosotros. Por el contrario también nos impulsa a intuir si nuestro proceder se va apartando de los caminos del Señor.

Me gustaría profundizar cada vez más en este influjo de los dones del Espíritu Santo. Es un buen tema de meditación y reflexión. ¡Cuántos años han quedado medio olvidados, al menos para mí!
¿Recuerdas? El don de ciencia: ver la mano de Dios en todo. ¿Puede vivirse mejor la presencia de Dios y la confianza en El? Incluso uno se encuentra mucho más feliz, porque no quiere lo propio, sino aquello por donde le va guiando la Providencia.

A ver si Dios nos ilumina para ir conociendo los caminos por donde nos lleva su voluntad de beneplácito. Entonces, seguro que con menos palabras, pero más atinadas, podremos influir en las personas que con nosotros van tratando o dependen en cierto sentido de nosotros. ¡Elevarnos de las criaturas al Creador! ¡Como los santos! Dios nos va a ayudar a ello. Verás. Dios nos enseñará a ir descubriendo el mundo maravilloso de la ascensión hacia El

José María Lorenzo Amelibia

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