Ruego a don Francisco José García-Roca, me permita añadir al resumen de su artículo las palabras (“y a los sacerdotes casados”)

(Heraldo de Aragón)

 Francisco José García-Roca Publica en R.D. este artículo cuyo resumen aquí subrayo y tiene gran razón. Pero ruego también que este mismo resumen de Don Francisco se aplique a los sacerdotes casados que  también estamos muy marginados y también recibimos un sacramento que nuestros jerarcas lo reducen a la obligación de dar la absolución  incluso sub conditione a los moribundos.

¡Existimos! (los diáconos) (y los sacerdotes casados)… y ruego a Don Francisco me permita añadir y los sacerdotes casados que también recibimos el sacramento “en segundo grado”. Este es el resumen

"Confieso que durante mucho tiempo no me entusiasmó el grupo Hakuna. Lo escuché casi a regañadientes… y, para mi sorpresa, me encontré conmovido"

"En ese redescubrimiento, llegó también un momento agridulce. Escuché su tema 'Que siempre seamos uno' Y entonces, llegó el momento de nombrar al clero: obispos, sacerdotes… silencio. Ni una sola mención a los diáconos"

"Un diácono amigo me dijo una vez que nuestro trabajo es como el misterio de san José: ni una palabra suya en los Evangelios"

"Hoy quiero alzar un ruego: Cuiden a los diáconos. Mimen a los diáconos. (y a los sacerdotes casados). Nombren a los diáconos, aunque solo haya uno, aunque parezca que 'pintan poco'. Porque existimos. Porque nuestra vocación es servir, no figurar, pero el servicio también necesita ser reconocido para que no se marchite en la sombra"