Es bueno dedicar una mañana o una tarde cada mes al retiro espiritual. Tema del retiro de este mes: Jesús resucitado es nuestra plenitud y total esperanza
Retiro espiritual del mes de mayo 2022
| José María Lorenzo Amelibia
Retiro del mes de mayo del año 2022
El tema del retiro de este mes es: Jesús resucitado es nuestra plenitud y total esperanza
Advertencia para todos los meses:
Se puede realizar en particular durante una mañana o una tarde. También puede servir este retiro a sacerdotes para ofrecerlo a algún grupo de personas. Puede ser muy fructuoso para el alma.
Preámbulo. Ante todo hemos de ponernos en la presencia de Dios de una manera consciente y detenida; esta puede ser una manera eficaz:
1.- Con calma decir: Señor, Tú estás aquí. Yo lo creo. Tú me ves... Me contemplas... Penetras mi alma hasta el fondo... Me escuchas... Me amas... Yo soy alguien para Ti. Importo ante tus ojos. 2.- Lo creo, Señor, porque Tú lo dijiste; y ni quieres, ni puedes engañarnos. 3.- Si Tú estás aquí, y lo creo, debo comportarme como lo hago delante de alguien que es muy importante para mí.4.- Voy a practicar un acto de oración, de búsqueda de Ti, de tu voluntad. Sea para tu mayor gloria.
JESÚS RESUCITADO ES NUESTRA PLENITUD Y TOTAL ESPERANZA
Jesús resucitado, esperanza nuestra
Invito ahora a tomar el libro del Nuevo Testamento y leer Efesios 1, 1-14. Repetir la lectura para empaparnos de ella. Va a servir de pauta a mi reflexión y oración. Sentirme en soledad total, aunque alguien me acompañe en el retiro. He de salir más firme en la fe, más efectivo en la esperanza, más decidido al amor y al celo por la salvación de mis hermanos.
Exposición de los puntos del retiro
1.- Resulta el texto de Filipenses impresionante. Está todo él como en estilo de bendición. Poco a poco nos va exponiendo, dentro de ese estilo, el don de Dios a los hombres: se nos ha comunicado el Señor por medio de Cristo. La fe es desbordada por el misterio de Dios: es algo sublime. Empaparme de nuevo en el texto. Darme cuenta cómo termina con un acto de alabanza, adoración: "ser nosotros alabanza de su gloria, los que ya antes esperábamos en Cristo".
2.- "Bendito sea el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los Cielos, en Cristo". Desde el fondo de mi alma, con toda devoción posible, bendigo al Señor. Bendigo, sí, al Padre; procuro contemplar con gran paz el amor de Dios creando, dando la vida, haciéndonos hijos adoptivos. Nos ha comunicado algo de su ser al hacernos hijos. Dios se nos comunica a sí mismo. Brota de mi alma una sincera acción de gracias. Brota de mi corazón un acto más profundo de fe. Por eso brota en mi alma la alabanza por esta gracia inimaginable para nuestra naturaleza humana.
3.- Además: "En Él tenemos, por medio de su sangre la redención, el perdón de nuestros delitos". ¡Grande eres, Jesús, que nos has redimido y abierto las puertas del Cielo! Mi alma se ensancha. Formulo en paz un deseo de expansión de mi alma en plenitud por esta inmensa gracia de tu bondad. Es el acto supremo, Padre Celestial, que has hecho de comunicarte a nosotros a Ti mismo en tu Hijo. Por esto te bendigo, alabo, agradezco, formo criterio y decisión de total entrega a tu amor.
4.- Dios nuestro, te das, te derramas sobre los hombres, como lluvia mansa, como luz celestial que nos envuelve en tu divinidad. Contemplo con amor esta gracia divina. Gozo y me re - creo en Ti...
5.- Contemplo una especie de círculos concéntricos que sirvan un poco de apoyo a mi imaginación:
- a) En el círculo más profundo contemplo al Padre con entrañas de amor generoso. Deseo llegar hasta el "corazón" del mismo Dios. Tu amor, Dios Padre, se ha derramado gratuitamente sobre la humanidad. Te has ido comunicando al mundo a través de toda la Historia: En Cristo, en su muerte, en sur Resurrección. Te has dado a nosotros en Cristo. Por eso te adoramos, te bendecimos, te alabamos, te glorificamos, te damos gracias, Señor, Dios, Padre celestial.
- b) En el segundo círculo concéntrico contemplo la nueva Alianza: Jesús que se entrega a nosotros, muerto y RESUCITADO, hecho Eucaristía, exige a cambio de nuestra fe, amor, entrega, confianza, sencillo servicio al Reino. Se nos da del todo.
- c) En el tercer círculo concéntrico contemplo al hombre, me contemplo a mí mismo. Mi vocación cristiana. Mi destino de salvación. Yo, como criatura, como todos los llamados, soy RECEPTOR de esta salvación. He de actualizarla en mí. He de ser instrumento de salvación para tantos que ignoran todo este plan divino.
- d) Cuarto círculo concéntrico: la recapitulación de todo en Cristo: "Hacer que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que está en los Cielos y lo que está en la Tierra". Toda la creación tenga a Jesucristo por cabeza. Ahí está la gloria de Dios. Hacia esto camina la humanidad entera, y nosotros como cristianos, a ello hemos de contribuir con nuestra acción de amor y difusión del Evangelio.
6.- Ahora he de ir sacando algunas consecuencias. Pedirle fuerza a Dios para que estos criterios de fe se graben en mi alma y los lleve a la práctica:
- a) Creemos en Jesús de Nazaret, Hijo de Dios, y nos encontramos con una experiencia nueva, distinta. Después de la Resurrección de Jesús el mundo ha encontrado nuevo quicio: el Jesús que había muerto, ha resucitado. Él es Dios mismo, salvador, centro de la creación. Todo está hecho por Él y para Él. Hablar de Cristo es hablar de Dios. Amar a Cristo es amar a Dios; servirle es servir a Dios.
- b) Jesucristo resucitado da a nuestras vidas plenitud, paz, esperanza cierta. Cristo resucitado es una experiencia desbordante. Es el total de nuestras vidas. Como seres racionales no podemos contentarnos con lo mero animal, sin aspiraciones. Jesús nos da esa plenitud que se consumará después de nuestra muerte. Ahora recuerdo con añoranza de fe a mis amigos, familia, que están ya gozando de Dios, después de rotas las cadenas que les unían a este mundo.
- c) Hacer un acto de fe profunda en Cristo resucitado. El que fue crucificado, vive. Estoy seguro del triunfo total y absoluto de Dios en este mundo. Al fin, todo quedará ordenado, vencido el pecado y el mal. Y brillará la luz de Cristo. Creo, espero, amo.
- d) Las promesas de la revelación se han cumplido. Estoy seguro de Aquél en quien creo. Al encontrarme con la Pascua de Jesús renace mi esperanza.
- e) Miro la cruz. Miro a Jesús crucificado. Lo miro con fe, con dolor, con esperanza total, porque no terminó todo en la cruz, como tampoco mi vida terminará con la muerte. Estoy seguro de Jesús en quien creo. Ayúdame, Señor, a vivir siempre con fe consciente de tal manera que mi vida sea una luz prolongación del gozo de la Resurrección.
Examen práctico:
¿Cómo voy viviendo esta pascua, consciente de que se prolonga durante cincuenta días?
- ¿Fundamento mi gozo en la esperanza de la vida eterna junto a Jesucristo? ¿Cómo oriento mi vida en este sentido?
- ¿Qué hago para sembrar mi alegría pascual?
- ¿Me vienen tentaciones contra la esperanza? ¿Qué hago para vencerlas?
- ¿En el mes de la Virgen María, mayo, cómo hago para unirme al gozo de María?
- ¿Cómo oriento mi vida de apostolado en torno a la resurrección de Jesús?
- ¿Procuro renunciar a caprichos para afianzarme más en mi esperanza, fe y amor?
José María Lorenzo Amelibia
Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/
Puedes solicitar mi amistad en Facebook pidiendo mi nombre Josemari Lorenzo Amelibia Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2