"La vida sexual del clero", de ediciones grupo Zeta, era el libro de Pepe Rodríguez que levantó en su día, al finalizar el siglo XX, ampollas; narra decenas de casos de curas liados, casos, al parecer probados. Fue recibido muy mal por el clero, y peor por la jerarquía. Con el tiempo se le ha relegado a un olvido total… pero si lo volvemos ahora a leer, constatamos cuánta razón tenía.

Libro de interés

Ciertamente exagera algunos aspectos, por ejemplo, el de las masturbaciones y otros, pero tiene un fondo grande de verdad y debe hacer pensar a la jerarquía de la Iglesia para poner fin de una vez a este estado de cosas. Si a ello añadimos los numerosos casos de pederastia que han aparecido en el siglo XXI, desde sus comienzos hasta el momento presente, la homosexualidad y las numerosas secularizaciones - pasan de ciento veinte mil en el mundo, alrededor del 25% - es hora de que se decidan a suprimir esta ley del celibato obligatorio sacerdotal.

La actual penuria de sacerdotes célibes,
¿No será como una huelga de Dios? Para darnos a entender que la Iglesia no pierde nada con sacerdotes y obispos casados. Pero desde que se ha enmendado la plana a Dios... así nos van las cosas. ¿O es que es algo horrendo el sacramento del matrimonio? Dicen quienes admiten el matrimonio de los sacerdotes que sería lícito después de la ordenación con el mandato de no ejercer el ministerio, ¿por qué no sin esa condición? Es algo absurdo que no puedan contraer nuevas nupcias ni los diáconos permanentes ni los curas del rito oriental.

Readmisión de los secularizados. Bastaría para ello abolir la ley. Muchos contraerían matrimonio, si legalmente fuera compatible con el ministerio. ¿No se admitiría al ministerio a los secularizados porque no cumplieron su palabra? Es un error creer que hay que cumplir indiscriminadamente todo compromiso hecho; máxime si en el momento de formularlo no existía la madurez requerida para aquel acto.

Los obispos canadienses ya hace muchos años eran partidarios de la readmisión de los secularizados. El inconveniente de la readmisión no sería teológico, sino pastoral.

El matrimonio no obstaculiza la confianza de la gente; basta sólo pensar en psicólogos y psiquiatras. En las comunidades pequeñas los presbíteros vivirían de su trabajo; no estarían liberados.
En las iglesias ucranianas aumentan las vocaciones. Dos hermanos sacerdotes; uno casado y el otro célibe. El casado, apoyado en la esposa e hijos conservó la fe; el otro falló; aunque enseguida volvió a la fe católica. Es un caso aislado, pero en la realidad la esposa bien elegida ayuda en cualquier ideal. El problema es elegir bien. También en Polonia los sacerdotes de rito oriental han demostrado un celo heroico y han prestado gran ayuda al rito latino.
Ecumenismo
No al celibato, pero no como concesión a ellos, sino porque así debe ser. Revolución psicológica, sí sería la abolición; y problemas económicos. Pero ¿no es mayor responsabilidad seguir como hasta ahora?

José María Lorenzo Amelibia

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