Asociación de Sacerdotes Secularizados (ASCE) Un sacerdote más que, teniendo vocación, hubo de abandonar el ministerio

Informa ASCE

Un sacerdote más que, teniendo vocación, hubo de abandonar el ministerio

cds

 (Arz. Sma. Concepción)

David Noriega sentía vocación y hubo de dejar el ministerio

"Yo creo que tengo vocación sacerdotal. Me siento cura", aclara José Ángel antes de comenzar a relatar cómo fue el proceso por el que abandonó el ministerio. Se ordenó el 1 de agosto de 1992. Este verano celebró los 27 años de su ordenación en su casa, repartiendo la eucaristía entre un grupo de amigos a pesar de que colgó los hábitos en 2010 tras solicitarlo en 2005 por una crisis existencial: "No le encontraba sentido a lo que estaba haciendo."

El trámite para dejar de ser sacerdote es aparentemente sencillo y puede resolverse en unos pocos meses. El sacerdote en cuestión debe comunicar su decisión en su diócesis y responder un cuestionario con preguntas de diversa índole. La diócesis comienza la instrucción de un procedimiento administrativo y envía sus conclusiones a la congregación para el Clero de la Santa Sede, donde se analiza y, en caso de considerarlo oportuno, se envía un rescripto en el que se le exime de casi todas sus responsabilidades como sacerdote.

Sencillo en el papel. El procedimiento entraña también obstáculos que hacen que, en algunos casos, se alargue durante años dejando a quien lo pide en un vacío jurídico. El primero es que la diócesis frene la instrucción; el segundo, que lo haga la curia vaticana. "No estamos hablando de funcionarios ni de empleados. No están pidiendo el finiquito. Es una cosa totalmente distinta, una vocación divina que no se puede resolver de una manera mecánica. Esto funciona con otra lógica y, quien no tiene esa lógica, no lo va a entender nunca", indican fuentes expertas en derecho canónico que defienden que "lo que mira la Iglesia en estos casos es el bien de la persona y del pueblo de Dios" por lo que la secularización "no es un derecho que se pueda invocar".

José Ángel, que prefiere que no se le identifique, pidió la dispensa en 2005, pero lamenta que nadie respondiera por él. "Me dejaron a la deriva. Estaba sin cabeza y no tenía ningún obispo que me representara. De mi no sabían nada, hasta que vine a dar a una ciudad en concreto y un obispo dijo: este hombre está aquí y desde hace años no habéis movido un dedo. En 2008 mandaron los papeles a Roma. En 2010 ya me habían respondido", relata. Cada Papa tiene su propia agenda política en este sentido. En este caso, eran tiempos de Benedicto XVI, que intentó aligerar la carga acumulada por su antecesor.

"Las políticas cambian"

El Papa Juan XXIII abrió la puerta a la secularización de sacerdotes y, tras el Concilio Vaticano II (1962-1965), Pablo VI facilitó las dispensas a aquellos que querían dejar el ejercicio presbiteral. Por aquella época, Josemari Lorenzo consiguió la dispensa en apenas seis meses. Era el año 70. Con la llegada de Juan Pablo II, el ritmo de las dispensas cambió. "Muchos no la conseguían en 12 años", recuerda este sacerdote que lleva casi medio siglo "ayudando a curas que quieren salir y a otros que quieren continuar y no saben cómo". "Dentro de esto hay un proceso en la persona. La mayoría suelen salir por una cuestión de celibato, porque se han enamorado. Otros porque han perdido la fe, pero son muy pocos", explica.

"Las políticas cambian", indican los expertos. "Después del Concilio se abrió absolutamente y cambió todo el régimen canónico tradicional en materia de dispensa del celibato y de la pérdida de condición sacerdotal. Fueron unos años en los que hubo una sangría muy grande. El post-concilio introdujo un cambio en este tema y Juan Pablo II volvió a establecer un criterio de mayor escrutinio, de manera que no fuera una cosa automática", explican. No hay cifras oficiales, pero se estima que se han dispensado 100.000 secularizaciones en todo el mundo, unas 6.000 en España.

Ramón Alario recibió su dispensa, con perplejidad, en 2017. "En el año 80, por discrepancias profundas -con algunas decisiones de Roma-, entre las que se incluyen que me había enamorado, decido dejar el trabajo como cura", indica. Él se negó a responder al cuestionario. "El objetivo es demostrar que quien quiere dejar de ser sacerdote es porque nunca se había sentido sacerdote. Es un error supino. Es algo así como tratar de decir que cuando un matrimonio se deshace es porque no ha habido matrimonio de verdad", considera.

José María Lorenzo Amelibia  

Mis referentes

Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com

Mis libros       https://www.amazon.es/s?k=jose+maria+lorenzo+amelibia&crid=3PD8ND9URFL8D&sprefix=%2Caps%2C88&ref=nb_sb_ss_recent_1_0_recent

Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3

Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/

Volver arriba