Que nos sigan los amigos

Para crecer en santidad, en ilusión cristiana es tan importante o más que un "padre espiritual" un amigo que te siga. Es más. Esta es mi opinión: para una persona adulta, madura, con años de fe vivida, puede sustituir el amigo espiritual a lo tradicionalmente llamado "director espiritual".


Por otra parte, la influencia en el camino de la perfección es mutua. No es uno el donante y otro el receptor: los dos disfrutan de ambos calificativos.

La psicología humana necesita para su estímulo un testigo que le quiera, le admire y aliente a la vez. Y todo esto se logra con el amigo espiritual: amigo en lo natural y en la fe. ¿Qué más se puede desear para ascender en la virtud.

José María Lorenzo Amelibia
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