Cuando la soledad nos acuia
Enfermos y debilidad
| José María Lorenzo Amelibia
Cuando la soledad nos acuia

Habitar en la casa del Señor con paz
En las ciudades, dos de cada diez hogares están habitados por un solo miembro. Cada año aumenta el número de familias de este tipo elemental. Jóvenes, viudos, mujeres de edad media y padres sin hijos solicitan ayuda muy a menudo para salir del aislamiento. Son muchos miles de personas solas. Unas lo llevan bien, pero otras no aguantan una situación de este género, porque ni la han elegido, ni aceptado. El aislamiento antes era problema casi exclusivo de ancianos y enfermos. Estamos en el nacimiento de una nueva sociedad, motivada en gran medida por tantas rupturas matrimoniales. Incluso entre niños se dan casos de abrumadora soledad.
José Luis de Larrucea es un líder de un grupo ONG para ayudar a salir de la soledad a personas que lo necesiten, en una ciudad de España. Se lamenta de la indefensión de muchos chavales con estas palabras: “En una campaña escolar descubrimos a muchos niños solos, con falta de cariño y comprensión. Unos sufren porque no visten las marcas de sus compañeros; otros están enchufados a la televisión o a los juegos de ordenador. La soledad en las mujeres de edad media es terrible. Siempre volcadas en la familia, cuando se quedan solas no saben qué hacer y sufren muchísimo”.
No digamos nada cuando se trata de emigrantes. Fueron valientes al dejar su hogar y su patria; pero tienen que comenzar por aprender la lengua, las costumbres, buscar trabajo. Todo esto supone un trauma difícil de asimilar. Es verdad que entre ellos suelen formar grupos de autoayuda, pero necesitan también personas nativas que les faciliten la integración en el país. ¡Qué buena la labor que están haciendo en este sentido cuantos se comprometen a echar una mano a inmigrantes!
Instituciones diversas trabajan con los grupos más “tradicionales” de afectados por la soledad: enfermos y ancianos. Los centros para jubilados palian en gran manera casos de soledad. Allí se crea un ambiente de amistad. Una asistente social orienta y ayuda a adaptarse a los nuevos, y pronto comienzan a entablarse amistades, sobre todo cuando se toma parte en los comedores, que suelen ser económicos.
El diez por ciento de la población urbana vive sola, y con el paso del tiempo irá aumentando este porcentaje por el envejecimiento natural y las separaciones matrimoniales. La solución no es difícil en teoría. Se ofrecen muchas oportunidades de encuentro, pero es necesario salir de uno mismo y buscar el grupo en que integrarse.
Cuando la soledad nos acuia
En las ciudades, dos de cada diez hogares están habitados por un solo miembro. Cada año aumenta el número de familias de este tipo elemental. Jóvenes, viudos, mujeres de edad media y padres sin hijos solicitan ayuda muy a menudo para salir del aislamiento. Son muchos miles de personas solas. Unas lo llevan bien, pero otras no aguantan una situación de este género, porque ni la han elegido, ni aceptado. El aislamiento antes era problema casi exclusivo de ancianos y enfermos. Estamos en el nacimiento de una nueva sociedad, motivada en gran medida por tantas rupturas matrimoniales. Incluso entre niños se dan casos de abrumadora soledad.
José Luis de Larrucea es un líder de un grupo ONG para ayudar a salir de la soledad a personas que lo necesiten, en una ciudad de España. Se lamenta de la indefensión de muchos chavales con estas palabras: “En una campaña escolar descubrimos a muchos niños solos, con falta de cariño y comprensión. Unos sufren porque no visten las marcas de sus compañeros; otros están enchufados a la televisión o a los juegos de ordenador. La soledad en las mujeres de edad media es terrible. Siempre volcadas en la familia, cuando se quedan solas no saben qué hacer y sufren muchísimo”.
No digamos nada cuando se trata de emigrantes. Fueron valientes al dejar su hogar y su patria; pero tienen que comenzar por aprender la lengua, las costumbres, buscar trabajo. Todo esto supone un trauma difícil de asimilar. Es verdad que entre ellos suelen formar grupos de autoayuda, pero necesitan también personas nativas que les faciliten la integración en el país. ¡Qué buena la labor que están haciendo en este sentido cuantos se comprometen a echar una mano a inmigrantes!
Instituciones diversas trabajan con los grupos más “tradicionales” de afectados por la soledad: enfermos y ancianos. Los centros para jubilados palian en gran manera casos de soledad. Allí se crea un ambiente de amistad. Una asistente social orienta y ayuda a adaptarse a los nuevos, y pronto comienzan a entablarse amistades, sobre todo cuando se toma parte en los comedores, que suelen ser económicos.
El diez por ciento de la población urbana vive sola, y con el paso del tiempo irá aumentando este porcentaje por el envejecimiento natural y las separaciones matrimoniales. La solución no es difícil en teoría. Se ofrecen muchas oportunidades de encuentro, pero es necesario salir de uno mismo y buscar el grupo en que integrarse.
José María Lorenzo Amelibia
Mis referentes
Mis libros www.amazon.es/s?k=jose+maria+lorenzo+amelibia&crid=3PD8ND9URFL8D&sprefix=%2Caps%2C88&ref=nb_sb_ss_recent_1_0_recent
Mis Conferencias: “Reflexiones sobre enfermos y debilidad”https://www.ivoox.com/podcast-reflexiones-sobre-debilidad-enfermos-ancianos_sq_f12362122_1.html
Mi correo es
josemarilorenzo092@gmail.com
Mi blog:
https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/
Mi cuenta en Twitter: https://twitter.com/JosemariLorenz2
En Facebook:
https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3
José María Lorenzo Amelibia
Mis referentes
Mis libros www.amazon.es/s?k=jose+maria+lorenzo+amelibia&crid=3PD8ND9URFL8D&sprefix=%2Caps%2C88&ref=nb_sb_ss_recent_1_0_recent
Mis Conferencias: “Reflexiones sobre enfermos y debilidad”https://www.ivoox.com/podcast-reflexiones-sobre-debilidad-enfermos-ancianos_sq_f12362122_1.html
Mi correo es
josemarilorenzo092@gmail.com
Mi blog:
https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/
Mi cuenta en Twitter: https://twitter.com/JosemariLorenz2
En Facebook:
https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3