1.- Yo soy la vid, dice el Señor, y vosotros los sarmientos. Me siento como parte de Ti, Dios mío. Te pido, Padre, por medio de tu Hijo y de la Virgen María, su madre, sentirme siempre y de una manera afectiva y efectiva, sarmiento vivo de la gran Cepa, Cristo.

2.- Todo en Ti, Jesús, irradia vida: tu palabra, tus acciones, tus milagros, tu trato.

3.- Viniste para que tuviéramos vida, y vida en abundancia. Me adhiero a Ti por fe y por amor. Abro mi corazón esta gran esperanza. Me detengo ante esta gran realidad. Aumenta un poco mi memoria para poder durante todo el día estar presente en este gran misterio de fe y amor.

4.- Elévanos a todos un poco; eleva a tu grupo sacerdotal, que necesitamos sacerdotes santos.

5.-Vivo recogido en Ti, pero deseo darme a las almas. Contemplo estas palabras de San Pablo: "Estáis muertos, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios".


José María Lorenzo Amelibia
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