Los dos sacerdotes asesinados en Bagdad eran colaboradores de Mensajeros de la Paz Héroes: cristianos en Irak

(Jesús Bastante).- Resulta difícil ser católico en Irak. Un país en permanente guerra desde los años 80, y que en el último decenio ha estado salpicado por la violencia terrorista y las luchas de poder entre distintas facciones islámicas. En esa tesitura, el cristiano es un blanco fácil, por estar en minoría y por acercarse a los lugares adonde nadie llega. En ocasiones, el acoso lleva a la destrucción de iglesias -el propio Obispado de Mosul fue destrozado en la Navidad de 2005- y, como acaeció el pasado domingo, con el asesinato de más de una treintena de fieles, entre ellos dos sacerdotes, y el secuestro de 19 religiosas.

Sin embargo, la Iglesia continúa trabajando con denuedo en Irak. Muchas veces abandonada, otras con el apoyo de instituciones de todo el mundo. Mensajeros de la Paz es una de ellas. El padre Ángel García viaja cada mes a Bagdad, Mosul o Erbil (capital del Kurdistán), donde esta asociación mantiene escuelas, casas para niños, hospitales y colabora en la reconstrucción de iglesias. Los dos sacerdotes asesinados este domingo eran colaboradores de Mensajeros de la Paz.

"Algunos de los chicos de sus parroquias vinieron a España hace unos años para curarse de algunas de sus enfermedades" nos cuenta, consternado, el sacerdote, que conocía la Iglesia de la Salvación, donde había celebrado misa en varias ocasiones. "En esa misma iglesia ya se puso una bomba unas Navidades" recuerda. "Eran dos amigos, y dos colaboradores. Por ellos, y por todos los que sufren, vamos a seguir trabajando".

Quien escribe da fe de este deseo, convertido en realidad en muchos rincones de Irak, incluso en los momentos en los que aterrizar en Bagdad era toda una aventura. Los aviones han de tomar tierra al modo de los helicópteros, zigzagueando, por miedo a convertirse en un blanco fácil de los terroristas. También, de cómo el padre Ángel se plantó, hace unos años, en el aeropuerto de Ammán (Jordania), porque las autoridades no dejaban entrar en Irak cajas de medicamentos. Y de cómo, tras horas de negociación, logró que se introdujeran en el avión.

Junto a otros cristianos, vivimos la experiencia de recorrer la "carretera de los secuestros" entre Erbil y Mosul, donde un occidental -y más si es cristiano- es una presa codiciada por los secuestradores que se reparten, por zonas, la carretera. También las conversaciones con los responsables de la Iglesia de Mosul, que veían cómo sus iglesias eran destrozadas por los insurgentes, o por el Ejército estadounidense, sin que nadie les diera explicación o colaborara con ellos en la reconstrucción.

Hoy, sin embargo, y gracias a la ayuda de muchas instituciones, la Iglesia sigue viva y trabajando, como se constató en el reciente Sínodo de Obispos de Oriente Medio.

Mensajeros de la Paz también se ha unido a la protesta internacional ante la sentencia que condena a muerte al ex vicepresidente con Sadam Hussein -y cristiano-, Tarek Aziz. "No queremos que se le ejecute. No queremos que se ejecute a nadie más en esa horrible guerra de la que también somos responsables". A tal efecto, el padre Ángel se ha reunido con el primer ministro iraquí, Nuri Al-Maliki. "Confío en Dios y en los hombres", asegura el sacerdote, esperando que la condena no se lleve a cabo.

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