Entreculturas denuncia que el cierre educativo ha dejado a estos menores sin su espacio para ser niños Más de 7 millones de niños y niñas refugiados han perdido su lugar seguro: la escuela

"Sin escuela, sin refugio". Entreculturas
"Sin escuela, sin refugio". Entreculturas

Sin escuela vuelven a estar más expuestos a situaciones de violencia, abuso y explotación y a tener más dificultades para poder comer o acceder a agua potable

La entidad ha presentado “Sin Escuela, Sin Refugio” y pide a los Estados que la educación se preserve como un derecho imprescindible dentro de cualquier respuesta humanitaria

A la campaña le acompañan los documentos “Educación y Acción Humanitaria”y “Educación en tiempos de covid19”

Con motivo del Día Mundial de las Personas Refugiadas, Entreculturas ha presentado esta tarde el informe “Sin Escuela, Sin Refugio”, para reivindicar que se garantice el derecho a la educación en situaciones de conflicto y refugio.

La mitad de las personas refugiadas en todo el mundo son menores. Para ellos la escuela es su refugio. Vivir en situación de desplazamiento forzoso supone, para un menor, haber perdido su casa, su familia, enfrentarse a situaciones de violencia y al riesgo de sufrir abusos, explotación, tráfico o reclutamiento militar. Cuentan con muchas dificultades para poder comer, acceder a agua potable y, por supuesto, a la educación: de los 7,1 millones de niños, niñas y adolescentes refugiados en edad escolar, 3,7 millones no van al colegio.

Sin la escuela, los menores refugiados vuelven a estar más expuestos a situaciones de violencia, abuso y explotación y a tener más dificultades a para poder comer o acceder a agua potable. La escuela es su lugar seguro, su refugio ante las dificultades que viven. La escuela les permite también acceder a la alimentación y a un espacio de paz y juego, donde volver a ser niños.

Entreculturas y la educación de menores refugiados
Entreculturas y la educación de menores refugiados

Desde el inicio de esta crisis, Entreculturas trabaja para seguir protegiendo a estos menores y para garantizarles una mínima cobertura educativa a través del fomento de la educación online y radial, así como la distribución de bienes de primera necesidad, como agua, medicamentos, kits higiénicos preventivos y comida para el alumnado y sus familias o también atendiendo, acompañando, dando seguimiento a las víctimas de violencia a través del teléfono. 

Lo hacen en muchos países, Malawi, Burundi, Uganda, Haití, México pero hoy han acercado a través de la rueda de prensa la realidad de su trabajo en 3 contextos específicos: Chad, Colombia y Líbano, ya que estos contextos nos permiten poner el foco en tres realidades concretas: la de las niñas refugiadas en Chad, la del refugio en frontera en el caso Venezuela, y la de las víctimas del conflicto sirio refugiadas en Líbano.

En la rueda de prensa han participado Lucía Rodríguez, responsable de Incidencia en Entreculturas; Luca Fabris, responsable de Cooperación Internacional África en Entreculturas; Elena González, directora de Programas Servicio Jesuita a Refugiados en Chad; Farida Fadoul Nasser, menor refugiada en N'Djamena; Rayhana Itani, coordinadora pedagógica del Servicio Jesuita a Refugiados en Líbano en Baalbek y Óscar Javier Calderón, Director Regional del Servicio Jesuita a Migrantes en Latinoamérica y Caribe.

Volver arriba