Armados hasta los dientes

Editorial SIAME / 20 de abril.- El Congreso de la Unión discute reformas a diversas disposiciones de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos que tuvieron su origen en una iniciativa del Presidente de la República. Las reformas permitirán la portación de armas a extranjeros residentes, además de que invocando el principio de reciprocidad, la Secretaría de la Defensa Nacional podrá autorizar que servidores públicos extranjeros de migración y aduanas tengan sus armas de cargo en puestos de revisión, y tolerar que agentes armados acompañen a personalidades y mandatarios en visitas oficiales de Estado.

El tráfico de armas es uno de los negocios más redituables, y los Estados Unidos mantienen la hegemonía de producción de armamento distribuido a lo largo y ancho del planeta. Un análisis del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados, publicado en diciembre de 2012, menciona que el 30 por ciento de armas en el mundo es de manufactura estadunidense.

Un problema que lastima gravemente a México es el tráfico de armas ligeras. Los estudios estiman que diariamente dos mil armas se introducen a México ilegalmente desde los Estados Unidos. No es una novedad decir que este tráfico asesino atiza la violencia relacionada con las drogas, creando una espiral criminal sin fin. El estudio citado afirma que en la presente administración, en el periodo 2012-2014, los homicidios a causa de ejecuciones, enfrentamientos, agresiones y por el narcomenudeo donde se ven involucradas armas de alto calibre y ligeras, son más de 40 mil, siendo los estados de Chihuahua, Baja California, Sinaloa, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Nuevo León, Tamaulipas, México y el Distrito Federal los de mayores índices de muerte. Los organismos internacionales indican que más de 15 millones de armas circulan en el territorio mexicano y que son de fácil adquisición y acceso incluso en el tianguis del barrio de Tepito.

Mientras las campañas políticas prosiguen, las propuestas a la ciudadanía son mínimas y sin impacto. Esta violencia y el tráfico de armas jamás serán consideradas por candidatos para ser combatidas de raíz. En el pasado, el ‘guarurismo’ e ‘influyentismo’ amedrentaron a la sociedad con el uso de armas para demostrar el poder. Hoy día se ven a los escoltas de candidatos, de legisladores y funcionarios moviéndose por las calles presumiendo de impunidad, y el crimen organizado armado hasta los dientes, amenazando la seguridad de los ciudadanos honrados y trabajadores.

No es con base en principios de reciprocidad o esquemas de cooperación como se regula la introducción de armas, no se trata de satisfacer y hacer legales exigencias e imposiciones de un país productor de muerte. Es urgente hacer efectiva la seguridad de todos los seres humanos. Mientras no se den garantías reales en la crisis humanitaria de la migración, permitir armas en manos de agentes extranjeros es muy peligroso y podría significar un grave problema para los que ahora sufren a causa del egoísmo y cerrazón de gobiernos inhumanos e inmisericordes. Y es estar a favor de la cultura de la muerte que nos está asesinando.
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