El diálogo de sordos de Taltavull y el famoso pelotazo de Palma. -Nuestro goxo en un pozo-Y EL FAMOSO PELOTAZO DE PALMA. ¡MI GOZO EN UN POZO!

El diálogo de Taltavull y la buena disposición que había manifestado, hace unos días, y que recogía Religión Digital, se ha convertido en una mera escenografía sin consecuencias tangibles, por culpa de una avaricia desmedida. Ahora resulta que no sólo se alinea con su predecesor –Mons. Salinas, de innombrable recuerdo en la isla- en la defensa de la inmatriculación a nombre del Obispado, sin permiso de las monjas, sus legítimas dueñas, del goloso convento de las jerónimas de Palma, que tuvo lugar el día 30 de diciembre de 2014. Una inmatriculación, recordemos, que tuvo lugar muy poco después, de que la entidad AMADIP ESMENT (una prestigiosa fundación que se ocupa de la formación de personas con discapacidad y su inserción socio laboral) comunicara a los colaboradores del anterior Obispo, una maravillosa propuesta, que iba a implicar la restauración del edificio del Monasterio, la gestión agrícola ecológica de sus huertos, la instauración y guía de espacios museísticos y, lo más importante, el retorno de las monjas en sus espacios de clausura una vez devueltas sus condiciones de habitabilidad. Un plan que iba a implicar la inserción de más de 60 personas con discapacidad, en un espacio próximo a las monjas, con quienes iban a interrelacionarse en una bella relación evangélica donde las hubiere.
De dicho proyecto, las monjas nunca fueron informadas. Lo supieron, por casualidad, a mediados de 2016, e hicieron lo posible para conocer Amadip y sus gentes. Conocida su propuesta, no dudaron en manifestar que ése es el futuro que quieren para su monasterio, porque este futuro certifica la pervivencia de su carisma y de sus monjas en el centro de la ciudad de Palma. Y un correctivo en toda regla a las tentaciones de especulación.
He querido a cercarme un poco al Plan Nacional de Abadías y Monasterios del Ministerio de Cultura, y su filosofía, desde su génesis. El magnífico profesional de los servicios jurídicos de Confer, durante muchos años, a quien la vida consagrada española le debe tantos servicios, Sr. Lovelle, estuvo en la comisión redactora y en alguna ocasión me habló de él siendo yo presidente de Confer. Y les puedo asegurar que esta opción es paradigmática, y de un valor evangélico intachable. Me dicen, que, además, cuenta con el beneplácito de las instituciones insulares.
Y se me plantean serios interrogantes: ¿Por qué el Obispado hizo caso omiso de esta gran propuesta?
¿Por qué no hicieron saber a las monjas esta preciosa solución que les garantiza su pervivencia en Palma, donde son tan queridas?
Por cierto, esto ya es colmo, resulta que el Obispado ahora también dice que el Monasterio de Inca, también de las jerónimas, es suyo… Su voracidad no tiene límites.
En esta semana, los rotativos insulares se despertaban con estos titulares “El Parlament aprobará que el Govern actúe contra las apropiaciones de la Iglesia”.
¡Éstas tenemos, Mons. Taltavull! No será que la voracidad especulativa del Obispado de Mallorca –mucho más allá del monasterio jerónimo de Palma- habrá estimulado esta iniciativa parlamentaria. Me cuentan que el Obispado que usted dirige se ha inmatriculado hasta las murallas de la villa de Artà… ¿Es cierto esto?
No, no era esa, la filosofía de la facilidad legislativa a las inmatriculaciones a favor de la Iglesia. No, Sr. Obispo. En España, los obispos, han traspasado las fronteras de la lógica y ahí están las consecuencias y las reacciones!
Por lo que se ve, en la Diócesis de Mallorca se han querido comer no sólo las lentejas, sino hasta los platos, las cucharas y la mesa entera.
Pero vayamos a otro caso: El de Sineu y las Concepcionistas:
El próximo día 3 de marzo, viernes, a la vuelta de la esquina ya, el señor obispo, alarmado por el descontento de gran parte de Sineu y algunos de los sacerdotes, ha decidido pronunciar una conferencia que tiene toda la pinta de ser un “operación maquillaje”, acompañado de sus fieles seguidores y previsiblemente de su clac de neocatecumenales, que son fáciles para aplaudir al obispo en caso de oposición.
Éste es el anuncio: “Conferencia Xerrada pel bisbe Sebastiá Taltavull: “Present i futur del convent de les monges tancades de Sineu”, Divendres, dia 3 de març, a las 20.00 h. Lloc: Eglésia.
Entre los vecinos del pueblo circula el Whattsapp: Que no te tallin la llengua… diguès la teva (“Que no te corten la lengua, di todo lo que tengas que decir”)
Y es que lo de Sineu es otra historia para no dormir.
En el caso de las concepcionistas, impresionadas por la autoridad de la curia episcopal y sus colaboradores, cuando no obligadas por “promesas” y “reflexiones” firmaron un documento de donación al obispado. ¡Donación! Algo que sólo puede entenderse desde una fuerte presión a las “pobrecitas” monjas. Según entendidos en leyes, esta “donación” podría ser ilegal a todas luces. ¿Es normal que las monjas donen un convento que ellas mismas habitan si no es bajo promesas en el aire?
Aun es fresco el recuerdo de Sor Paquita, muy querida en el pueblo. Esta monja que en sus últimos días, vio cómo el pueblo de Sineu la ayudó, ante la pasividad del Obispado cuando se cayó parte de la tapia del Monasterio (ya a nombre de la Diócesis). Esta monja querida por un pueblo que acudía a la iglesia conventual, siempre acogedora, y que en sus últimos meses de vida, se vio cerrada por la inacción del Obispado –dueño del Monasterio- ante el incendio de la alfombra y el sagrario… Las monjas se quedaron “sin aire”, y después del pequeño incendio, tuvieron que celebrar la misa en una habitación, y no todos los días. Y sin su querido pueblo. Sor Paquita murió repentinamente al poco tiempo. Su misión en este mundo no podía desarrollarse.
Los honores de pueblo, que la llevó a hombros hasta la iglesia episcopal, se vieron contrastados por la ausencia del Obispado en su funeral. Ningún miembro de la Curia –de los “dueños” del Monasterio- asistió a la misa, sólo mandaron al delegado de vida consagrada. El mismo que se encargó de vaciar el monasterio de sus usufructuarias a los pocos días, quedándose jurídicamente a la plena merced del Obispado.
Todo este asunto de las inmatriculaciones en Palma, Inca y Sineu, huele a operación inmobiliaria de grandes dimensiones donde no sería extraño que ya se hubieran dado pasos concretos y compromisos económicos para llevarlo adelante, pensando que todo iba a ser muy fácil si el obispo estaba detrás.
Pero las jerónimas se han puesto firmes para defender lo suyo y el tema le ha estallado al obispo en las manos.
Cuando no hay voluntad de reconocer la verdad de la propiedad sobre el convento de las monjas jerónimas de Palma no hay manera de diálogo porque el diálogo que entiende Taltavull es que se haga su voluntad (perpetuadora de la de su infausto predecesor, Salinas), con el Monasterio de las Jerónimas de Palma y con el de las Concepcionistas de Sineu y con otras, si éstas lo hubieran permitido. Vamos a ver lo que sucede en los próximos días. Porque Palma no es un caso aislado. Parece que había un diseño concertado de inmatriculaciones que comprenderían un eje Palma-Inca-Sineu, importantes e históricas localidades.
Pero las monjas jerónimas de Mallorca, no han firmado ni van a firmar, ese injusto despropósito. El obispado pensó que lo tenían fácil mostrando su autoridad, pero se han encontrado con monjas hechas y derechas, como sor Natividad y sor Teresa, cargadas de autoridad moral y legal, que no están dispuestas a dejarse asustar por nadie, por muy purpurado que sea. Eso lo ha podido comprobar Taltavull cuando se ha dignado finalmente a visitarlas.
Porque amor a la Iglesia les sobra. Pero actitud ante la injusticia, también, y con esto no contaban ni el obispo ni su gente de confianza, que han visto cómo las monjas han planteado un serio recurso de apelación, con la verdad por delante.
¡Con lo fácil que habría sido dar un paso atrás en esta absurda inmatriculación y reconocer, de una vez por todas, la propiedad de las monjas sobre su monasterio!
Pero parece que esto va a ser difícil si no es a través de la intervención de la justicia, por el recurso que las monjas han interpuesto y otros procedimientos en marcha y en ciernes. Y nos preguntamos por qué tanta cerrazón a lo que es más que evidente. ¿Acaso hay ya intereses comprometidos de antemano, ya con el obispo anterior, Javier Salinas, de mal recuerdo en Palma, que ahora resulta difícil retomar? ¿Se han pagado ya cantidades anticipadas para llevar adelante el proyecto que ahora sí podría llamarse “pelotazo” aunque no le guste esta palabra al administrador Taltavull? Lo puede desmentir con claridad si no es así. ¿Se atreverá?
Parece extraño, si no fuera por causa mayor, que el obispo esté dispuesto a asumir el fracaso que se avecina, con la presentación del recurso contra el obispado y su inmatriculación ilegal. Como el obispo insista en su despropósito, el caso terminará en la Santa Sede, porque el Monasterio es de derecho pontificio, y las monjas lo van a llevar allí y el escándalo va a ser sonoro en un momento en que el administrador apostólico quiere “poner en orden la diócesis” como ha manifestado en varias ocasiones.
En fin, el caso está dando mucho que hablar en Palma y en sus alrededores. El obispo era partidario de que estas cosas había que solucionarlas dentro de la Iglesia, sin que nada saliera a los medios, -así me lo manifestó personalmente en una llamada telefónica- ¡y así debe ser!
Pero cuando el obispo sólo quiere imponer su visión de las cosas frente a la verdad de los hechos, hay que buscar todos los medios alternativos para que brille la justicia. No se puede pedir silencio y prudencia para que después el Sr. Obispo campee por sus anchas y se salte la ley para buscar su provecho propio.
La pelota está en la mesa del despacho del obispo Taltavull, administrador diocesano de Mallorca, y lo tendría muy fácil para que todo vuelva a su racionalidad. Si no lo firma en sus plazos, que ya se están acabando, el escándalo en los medios no lo habrán provocado las jerónimas si no la actuación torpe e injusta del obispo y sus oscuros consejeros, que la misma justicia civil sacará a la luz. El malestar en la sociedad y en comunidad cristiana de Palma va creciendo.
Como podéis comprobar el tema está abriendo ampollas en Palma.
Aún está a tiempo monseñor Taltavull de poner en orden las cosas en la diócesis, para eso ha ido a Mallorca con plenos poderes. Ahora es su hora, monseñor. Esperamos que lo haga con sensatez y, sobre todo, con justicia, respetando lo que le corresponde a cada uno y velando por los derechos de las contemplativas, sean jerónimas, concepcionistas, o cualesquiera otras de las que pertenecen a su Diócesis, que son ejemplares y tan queridas en la isla. Ésa es una de sus obligaciones principales como obispo, en lugar de atropellarlas con sus decisiones arbitrarias e interesadas. Si el obispo anterior, Javier Salinas, hizo las cosas mal -que las hizo- no es buen camino seguir en la misma dirección. No puede usted lavarse las manos. Le toca rectificar, si es necesario. Rectificar es de sabios, y, en cristiano, de almas grandes. Así lo han hecho recientemente los propios Papas ante los errores de los hombres de la Iglesia (Benedicto y Francisco). Siga usted su ejemplo, y pida perdón si es necesario.
Tengo muchos más datos sobre esta triste historia, pero sólo saldrán si el Sr. obispo no mueve pieza.
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