La Isla de Timor Una historia fascinante

Timor Oriental
Timor Oriental

"La isla de Timor (=este) hace honor a su nombre, está en la región extrema sur-oriental de Asia… o en el norte del continente Australiano, según se vea. A la región donde se encuentra la llaman Wallacea"

"Durante mucho tiempo fue una isla a la que venían malayo-indonesios y chinos buscando principalmente sándalo, miel y cera. En los últimos siglos se sumaron los holandeses (zona oeste) y los portugueses (zona este)"

"La descolonización fue trágica. Portugal no supo reaccionar y el país acabó invadido por el régimen indonesio. Casi 25 años de dominio. Con inversiones, sí, pero impositivo y de auténtico terror. Y destruyendo buena parte de lo invertido al final de su presencia"

"En este contexto surgen varias figuras clave: la Iglesia de Timor Oriental, Xanana Gusmão -entre otros líderes de la resistencia- y José Ramos-Horta"

"Xanana es considerado padre de la patria. Supo moverse, ya como primer presidente, con inteligencia y valentía. Buscando el bien común. Timor Oriental no sólo alcanzó la independencia, además, superó una situación desastrosa"

Bueno, no sé muy bien por dónde empezar, quizás por un poco de geografía.

La isla de Timor (=este) hace honor a su nombre, está en la región extrema sur-oriental de Asia… o en el norte del continente Australiano, según se vea. A la región donde se encuentra la llaman Wallacea (en honor al naturalista Wallace) por no estar muy bien definida ni geográfica ni biológicamente, entre Australia y Asia.

Por cierto, sí: digo Australia, no Oceanía. Pero no voy a discutirlo aquí. Además, la isla de Timor fue parte de la corteza continental australiana en su momento.

Timor Oriental

El clima es tropical con una estación húmeda y una seca, pero con diferencias notables marcadas por un relieve enormemente complicado: tiene cuatrocientos kilómetros de largo y unos 70 de ancho… en la parte central cruzar estos 70 kilómetros supone subir y bajar varias líneas de cordillera, con una alguta máxima de cerca de tres mil metros. Imaginaos, por ejemplo, los que vivais en Madrid, ir a Navacerrada y tener que subir en los primeros 8 kilómetros un puerto a 1500 metros, bajar a 800 y pasar otros dos o tres en torno a 2000 metros (en proporción) antes de llegar al destino. Claro que con unas carreteras que se caen a pedazos (literalmente). Por eso se tardan unas 6 horas en recorrerlos.

Por historia, decir que fue poblada primero por los pueblos melanesios, hace unos treinta mil años, cuando el mar estaba unos 140 metros más abajo… apenas tuvieron que navegar. Muchísimo más tarde llegaron los polinesios. Así que el pueblo timorés es un pueblo muy mezclado tanto en los caracteres físicos como en las diferentes lenguas que se hablan.

Durante mucho tiempo fue una isla a la que venían malayo-indonesios y chinos buscando principalmente sándalo, miel y cera. En los últimos siglos se sumaron los holandeses (zona oeste) y los portugueses (zona este).

En la zona bajo dominio portugués (actual Timor Oriental) hubo alternancia en el recibimiento: pactos, luchas, dominación forzada… hasta que llegó el momento de la descolonización a raíz de la revolución de los claveles en 1975.

Fue trágico. Había tres partidos: UDP, Fretilín y APODETI (este último abogaba por la unión con Indonesia). UDP y Fretilín se acusaron mutuamente de intentar un golpe y se convirtió de facto en una guerra civil. Portugal no supo reaccionar. Para colmo, en plena guerra fría, con la dictadura de Suharto en Indonesia, apoyada por los Estados Unidos, una sección del Fretilín no tuvo mejor idea que declararse comunista… lo suficiente para encontrar una excusa por parte del régimen indonesio para invadir Timor Oriental, con apoyo de los americanos.

Casi 25 años de dominio. Con inversiones, sí, pero impositivo y de auténtico terror. Y destruyendo buena parte de lo invertido al final de su presencia.

En este contexto surgen varias figuras clave: la Iglesia de Timor Oriental, que a través del idioma (Tetun) mantiene la identidad y la defensa de los derechos humanos, Xanana Gusmão -entre otros líderes de la resistencia- y José Ramos-Horta. Xanana actúa desde dentro con notable inteligencia: “resistir es vencer” será su lúcido lema. Ramos-Horta actúa en la comunidad internacional, con escasos medios sabiendo buscar los buenos apoyos, y con equilibrio en el contexto geopolítico.

Xanana es considerado padre de la patria. Se le llama cariñosamente “avô” (abuelo) y tiene el respeto de todos. Pasó por la cárcel en Indonesia, pero -tras los dramas y matanzas por parte del ejército indonesio al final del siglo- supo iniciar un proceso de reconciliación notable.

Sabía que Timor Oriental, que había votado su independencia, cumplía todas las condiciones para ser un estado fallido. Pero supo moverse, ya como primer presidente, con inteligencia y valentía. Afrontó el proceso de verdad, reconciliación y paz con una enorme oposición, pero fue decisivo para el futuro. Inició la consolidación progresiva del Estado sabiendo ordenar bien los pasos a dar, y en diálogo con los distintos partidos, con la Iglesia y con el pueblo timorense. Incluso inició procesos de lo que llamamos “democracia deliberativa” acompañados por jóvenes universitarios en toda la geografía del país, para elaborar un plan de desarrollo participado.

Leer su historia y sus discursos lleva a ver en él una figura providencial, de gran clarividencia y valentía en las decisiones. Buscando el bien común por encima de cualquier interés o ideología. Es lo que se llama un auténtico liderazgo político. Ejemplar.

Lo cierto es que Timor Oriental no sólo alcanzó la independencia que algunos en España no supieron entender, comparando su situación con nacionalismos que no se parecen en nada. Sino que, además, superó una situación desastrosa: país arruinado, sin infraestructuras, con la peor malnutrición del mundo tras Somalia-Eritrea y Cora del Norte, sin estructura alguna de gobierno, sin médicos y casi sin maestros. Todo apuntaba al fracaso. Pero no fue así.

Son sólo unas pinceladas de una historia que es mucho mayor, que incluye su cultura, su paisaje, su carácter, su pluralidad, su religiosidad. Pero puede servir para que algún lector se anime a conocer más.

De mi experiencia en África y aquí, me permito indicar dos nombres que para mí simbolizan el buen liderazgo político -aunque nadie es perfecto, cierto- y con algunas semejanzas (además de ser amigos): Xanana Gusmão y Nelson Mandela. Dos vidas asequibles a cualquiera con interés.

Esto me está llevando a que en el próximo post me permita hablar de política… bueno, de democracia. Es la otra cara del Timor Domini… la riquísima doctrina social de la Iglesia.

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