Celebrar la Pascua en otoño tiene su encanto. Los colores ocres comienzan a teñir el verde del verano y los amarillos anuncian que ya llega el tiempo del desprendimiento.
Vivir la Pascua en otoño, nos conecta con otras metáforas y otras imágenes que nos sumergen con realismo en el misterio que celebramos, la vida brotará allí donde hubo muerte.
La vida brotará allí, donde supimos soltar a tiempo y aventurarnos a dejarnos llevar por la suave brisa de la Ruah