Fue la primera mujer laica en ocupar un puesto de responsabilidad en el Vaticano Flaminia Giovanelli: "En la Curia vaticana hay menos machismo que en otros ambientes"

Flaminia Giovanelli
Flaminia Giovanelli

"Creo que hay más machismo fuera de la Iglesia. Incluso las mujeres se ven obligadas a recurrir a otras armas porque su capacidad y su inteligencia son despreciadas. En cambio, aquí se valora mucho el intelecto, la capacidad de gestión o de conciliación que tienen las mujeres"

"No he tenido que ir dando codazos para abrirme camino como mujer. Viví en un ambiente familiar progresista. Mis padres tenían claro que la educación era fundamental"

"Son los sacerdotes los que dan la absolución de los pecados en el sacramento de la confesión, pero son sobre todo mujeres, tanto consagradas como laicas, las que hacen todo el trabajo de apoyo psicológico y espiritual. Son un bálsamo para personas que siguen sintiéndose culpables por algo o que han tenido que superar una prueba dura en la vida. Se necesita creatividad y abrir más espacios a las mujeres en el acompañamiento"

Flaminia Giovanelli, la primera mujer laica en ocupar un puesto de alto rango en el Vaticano, asegura que en la Curia Romana "hay menos machismo que en otros ambientes".  "Créame que hay menos machismo que en otros ambientes donde las mujeres son tratadas como objetos. Los sacerdotes tienen muy integrada la perspectiva de la complementariedad entre hombre y mujer. Hay que impulsar un feminismo de colaboración, no de confrontación; uno que no busque luchar contra el hombre, sino construir con él", ha manifestado en una entrevista con Europa Press Giovanelli, que en 2010 fue designada por Benedicto XVI al frente de la subsecretaría del Dicasterio de Desarrollo Humano de la Santa Sede.

Esta experta en pobreza y cohesión social, que también ha sido interlocutora del Vaticano con organismos internacionales, afirma que es justo también "reconocer las aportaciones que son propias de las mujeres en la Iglesia y en cualquier ámbito".

"Hay más machismo fuera de la Iglesia"

"En cualquier caso, creo que hay más machismo fuera de la Iglesia. Incluso las mujeres se ven obligadas a recurrir a otras armas porque su capacidad y su inteligencia son despreciadas. En cambio, aquí se valora mucho el intelecto, la capacidad de gestión o de conciliación que tienen las mujeres", recalca.



Giovanelli explica que aceptó el nombramiento hace 13 años "con serenidad". "Se juntó la jubilación de uno de los responsables y el nombramiento del otro como obispo de Trieste. Yo era la persona con más experiencia y la que llevaba más años haciendo el trabajo de coordinación. Pero ni era una consagrada, ni pertenecía a ningún gran movimiento eclesial. En cierta manera era una 'outsider'.", comenta para reconocer que tampoco vivió este ascenso como un "triunfo feminista".

"No he tenido que ir dando codazos para abrirme camino como mujer. Viví en un ambiente familiar progresista. Mis padres tenían claro que la educación era fundamental. Con 18 años recién cumplidos, me mandaron a Colombia cuatro meses. Era el año 1966. También viajé para estudiar francés. Me considero afortunada porque no era lo habitual entonces", ha rememorado.

No a una Iglesia de cuotas

Durante el Pontificado de Francisco se ha incrementado el número de mujeres que ocupan cargos en el Vaticano y en 2022, superan la veintena, 18 más que hace una década. En cualquier caso, Giovanelli no está de acuerdo con introducir un modelo de cuotas femeninas.

Mujeres en el Vaticano

"Estas perspectivas son muy perjudiciales. Son las mujeres competentes y trabajadoras las que deben salir adelante. Pero no por el simple hecho de ser mujeres. Este razonamiento es peligroso. La exasperación del género acaba dañando a la institución y a las mujeres. La gente acaba diciendo: 'La han nombrado solo porque es mujer'", ha reflexionado.

Preguntada sobre el camino sinodal de la Iglesia en Alemania, que se pronunció en el pasado a favor de la admisión de las mujeres al ministerio ordenado por una amplia mayoría, ha asegurado que hay "muchos espacios donde las mujeres católicas pueden dar su contribución fuera de los ministerios ordenados".

"Son los sacerdotes los que dan la absolución de los pecados en el sacramento de la confesión, pero son sobre todo mujeres, tanto consagradas como laicas, las que hacen todo el trabajo de apoyo psicológico y espiritual. Son un bálsamo para personas que siguen sintiéndose culpables por algo o que han tenido que superar una prueba dura en la vida. Se necesita creatividad y abrir más espacios a las mujeres en el acompañamiento", ha concluido.


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