En la primera audiencia general reitera que "hay que salir de uno mismo" Francisco: "Dios piensa siempre con misericordia. Nunca olvidéis esto"
(José Manuel Vidal).- Le bastaron 15 días para ganarse el corazón de Roma y de los fieles del mundo. El Papa Francisco es aclamado, en cada una de sus salidas e intervenciones. Su sencillez y alegría cuativan. En la primera audiencia pública de los miércoles, celebrada en la Plaza de San Pedro por la gran afluencia de peregrinos, Francisco insiste en que los cristianos tenemos "que salir de nosotros mismos", para predicar el Evangelio "de la misericordia de Dios".
¿Qué significa la Semana Santa hoy?, se pregunta y se responde, en una gran catequesis el Papa-párroco. Vivir como Cristo, como "un buen padre o una buena madre". Dios no esperó a que fuésemos a él, sino que "Él vino a nosotros". "El da siempre el primer paso, Él se mueve hacia nosotros".
Cristo sufrió incluso "la traición de un amigo", pero sigue "en medio de nosotros". "Jesús no tiene casa, porque su casa es la gente, somos nosotros".
En Semana Santa, "vivimos la cumbre de este diseño de amor que recorre la historia de la humanidad".
Subraya con el tono de su voz y con el gesto de su mano: "Cada uno de nosotros, puede decir Jesús se entregó en la cruz por mí, por mí".
Invita a vivir la Semana Santa "siguiendo a Jesús", "aprendiendo a salir de nosotros mismos, para ir hacia las periferias de la exitencia". Hacia nuestros hermanos, especialmente "hacia los más olvidados, los que má snecesidad tienen de ayuda y consolación".
Vivir la Semana Santa es "entrar en la dinámica de la cruz y del amor". En la lógica del Evangelio.
Invita a no vivir la fe de una "forma rutinaria y cansada" y recuerda que "la misericordia de Diso salva y da la esperanza".
Hay que salir del aprisco de las 99 ovejas. "Salir de nosotros mismos", en busca de las ovejas perdidas.
Aguno puede decir: "no tengo tiempo y soy pecador". Y me conformo con un gesto de caridad y una misa dominical distraída, pero "no tenemos el coraje de salir de nosotros mismos".
"Dios piensa simpre con misericordia. Nunca olvidéis esto. Dios es el padre que espera la vuelta del hijo y le va a su encuentro. Este es nuestro Padre misericordioso".
"Dios piensa como el samaritano...nunca mira para otro lado...Socorre siempre, sin preguntar nada...si era pagano, samaritano, rico, pobre...no pregunta nada...solo ayuda".
En Semana Santa -pide el Papa- "tenemos que abrir nestras parroquias, movimientos". ¡Qué pena tantas parroquias cerradas!
Queridos hermanos y hermanas:
Con el domingo de Ramos, hemos iniciado la Semana Santa, centro de todo el Año litúrgico, en el que acompañamos a Jesucristo en su Pasión, Muerte y Resurrección. ¿Qué significa para nosotros vivir este tiempo? ¿Qué significa seguir a Jesús en su camino hacia el Calvario, hacia la Cruz y la Resurrección?
Significa salir de nosotros mismos para ir al encuentro de los demás, a la periferia de la existencia, a los más alejados, a los olvidados, a quienes necesitan comprensión, consuelo y ayuda. Vivir este tiempo significa también entrar cada vez más en la lógica de Dios, de la Cruz y del Evangelio. Es seguir y acompañar a Cristo, lo cual exige "salir": Él ha salido de sí mismo para venir a nuestro encuentro, ha colocado su tienda entre nosotros para traer la misericordia que salva y da esperanza. Es un tiempo de gracia que el Señor nos ofrece para abrir las puertas del corazón, de la vida, de las parroquias y movimientos, saliendo al encuentro de los demás y brindando la luz y el gozo de nuestra fe. Salir siempre con el amor y la ternura de Dios, en el respeto y la paciencia, sabiendo que nosotros ponemos las manos, los pies, el corazón, pero es Dios quien guía y hace fecundas nuestras acciones.
Saludos del Papa:Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Argentina, México y los demás países latinoamericanos. Invito a todos a vivir estos días siguiendo al Señor con fortaleza y siendo capaces de irradiar su amor a cuantos encontremos en el camino de la vida. Que Dios los bendiga y les conceda vivir el Triduo Pascual con fe y devoción