Francisco se dirige a los miembros de la Centesimus Annus El Papa: "Hay alergia a palabras como solidaridad"
El papa Francisco instó hoy a los alumnos de los institutos seculares de Italia a "escuchar la palabra de Dios" y a caminar siempre por el mundo con la virtud del peregrino.
En estos términos se expresó el obispo de Roma durante la audiencia que mantuvo hoy en el Vaticano con los participantes del encuentro promovido por la Conferencia Italiana de Institutos Seculares, centros de enseñanza católica.
"No perdáis nunca el impulso de 'caminar por las calles del mundo', la conciencia de caminar, de andar aunque sea con paso incierto o tropezando, es siempre mejor que estar parado", añadió.
En su intervención, el papa subrayó que todos los alumnos que se forman en el cristianismo en los institutos seculares son "parte de esa Iglesia" con la que sueña.
Como hizo en otras ocasiones, Bergoglio aludió a la importancia de "escuchar a Dios" para entender y enfrentarse a los problemas de la vida con la "luz del Evangelio".
En este sentido, el papa destacó la necesidad de "escuchar la voz y el corazón del hombre" para respetarlo y apoyarlo e invitó a los alumnos de estos centros a ayudar al prójimo para llevar la esperanza y el amor a todo el mundo.

El Papa a los miembros de la Centesimus Annus
El Santo Padre Francisco recibió también en audiencia este sábado a los miembros de la Fundación Centesimus Annus-Pro Pontifice. En su discurso habló de los desafíos que está afrontando en esta etapa de crisis económica la fundación, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia. El Papa les dio las gracias por "trabajar sobre el valor de la solidaridad":
"En el sistema económico actual - y en el modo de pensar que genera - la palabra "solidaridad" se ha convertido en un inconveniente, incluso molesto. La crisis de los últimos años, que tiene causas profundas de orden ético, ha incrementado esta "alergia" a palabras como solidaridad, distribución equitativa de los bienes, prioridad del trabajo... Y la razón es que no se puede -o no se quiere - estudiar realmente cómo estos valores éticos pueden concretarse en valores económicos, es decir, pueden provocar dinámicas virtuosas en la producción, en el trabajo, en el comercio, en las mismas finanzas. Y esto es precisamente lo que intentan hacer ustedes teniendo juntos el aspecto teórico y el aspecto práctico, el pensamiento del empresario y su experiencia".
"En particular, se recomienda al empresario cristiano conjugar siempre el Evangelio con la realidad en la que opera; y el Evangelio le pide poner en primer lugar a la persona humana y al bien común, hacer todo lo posible para asegurarse de que haya oportunidades de trabajo, y de trabajo digno. Por supuesto, esta "empresa" no se puede hacer de manera aislada, sino en colaboración con otras personas que comparten la base ética y tratando de ampliar lo más posible estas redes".
La comunidad cristiana -la parroquia, la diócesis, las asociaciones - es el lugar donde el empresario, y también el político, el sindicalista, los profesionales, sacan la savia para alimentar su compromiso y reflexionan con los hermanos. "Esto es esencial -dijo el Papa-, porque el ambiente de trabajo a veces se vuelve estéril, hostil, inhumano. La crisis pone a dura prueba la esperanza de los empresarios; y no hay que abandonar a los que están en más dificultad".
"Queridos amigos de la Centesimus Annus, -terminó su discurso Francisco: con la ayuda de Dios y de la Iglesia, ustedes pueden dar testimonio eficaz en su campo, porque no traen solo palabras y discursos, sino que traen la experiencia de las personas y de las empresas que buscan implementar de manera efectiva los principios éticos cristianos en la situación actual del mundo del trabajo". (RD/RV/Agencias)