Invita a ir “contracorriente” de los modelos que ponen en el centro “cosas en lugar de personas” El Papa expresa su cercanía “a los familiares, especialmente a la madre, de Emanuela Orlandi”

El Papa, sobre Emanuela Orlandi
El Papa, sobre Emanuela Orlandi

"Las persecuciones, una realidad que sigue siendo actual en la Iglesia"

"El anuncio del Reino encuentra oposición, violencia y persecución"

Solo hay que tener miedo "a desperdiciar la existencia buscando cosas de poco valor, que no dan sentido a la vida"

En su catequesis antes del ángelus, el Papa Francisco reconoció que las persecuciones son “una realidad que sigue siendo actual en la Iglesia”, porque “el anuncio del Reino encuentra oposición, violencia y persecución”. Pero, como dice Jesús, no hay que tener miedo a las persecuciones, sino a “modelos de moda, que ponen en el centro cosas en lugar de persona y rendimientos en lugar de relaciones”. Por eso, Francisco invita a “permanecer fiel a lo que importa”, aunque “cuesta ir contracorriente”.

Pietro Orlandi
Pietro Orlandi

El ángelus de este miércoles estuvo marcado por un añadido externo al Papa, aunque no tan externo al Vaticano. Como todos los años y para celebrar el 40 aniversario de la desaparición de Emanuela Orlandi, su hermano Pietro organizó una sentada: “Como todos los años, esperamos que sea el último sin la verdad y nunca hubiera imaginado llegar al 40 aniversario sin la verdad. Pero este año es diferente: parece haber un nuevo interés por parte de aquellos quien debe hacer justicia con las investigaciones de la fiscalía y del Vaticano y a esto se suma la comisión parlamentaria de investigación que espero se ponga en marcha”.

Al final de la sentada y coincidiendo con el ángelus, los manifestantes se dirigieron a la Plaza de San Pedro: “Espero que el Papa pronuncie palabras para llegar a la verdad, para conmemorar este 40 aniversario de la desaparición de un ciudadano vaticano. Sería un gesto positivo, significaría tender la mano y llegar juntos a una solución”.

Papa

Y Francisco, siempre atento a la realidad, después del ángelus se refirió al caso de Emanuela, con estas palabras.  

 “En el 40 aniversario de la desaparición de Emanuela Orlandi. Deseo aprovechar esta circunstancia, para expresar, una vez más, mi cercanía a los familiares, especialmente a su madre, y asegurarles mi oración. Extiendo mi recuerdo a todas las familias que portan el dolor de una persona querida desaparecida”.

 Las palabras del Papa en la oración del Ángelus 

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! 

En el Evangelio de hoy, Jesús repite tres veces a sus discípulos: "No tengan miedo" (Mt 10,26.28.31).  Poco antes, les habló de las persecuciones que tendrán que soportar por causa del Evangelio, una realidad que sigue siendo actual: la Iglesia, de hecho, desde el principio ha conocido, junto con sus alegrías, muchas persecuciones. Parece paradójico: el anuncio del Reino de Dios es un mensaje de paz y de justicia, fundado en la caridad fraterna y en el perdón y, sin embargo, encuentra oposición, violencia y persecución. Jesús, no obstante, nos dice que no temamos: no porque todo irá bien en el mundo, sino porque para el Padre somos preciosos y nada de lo que es bueno se perderá. Por eso nos dice que no dejemos que el miedo nos detenga, sino que temamos otra cosa, una sola cosa. ¿Cuál? 

Lo descubrimos a través de una imagen que Jesús utiliza hoy: la de la "Gehenna" (cf. v. 28). El valle de " Gehenna" era un lugar que los habitantes de Jerusalén conocían bien: era el gran vertedero de basura de la ciudad. Jesús habla de él para decir que el verdadero miedo que hay que tener es el de desechar la propia vida. Como si dijera: no hay que tener tanto miedo a sufrir incomprensiones y críticas, a perder prestigio y ventajas económicas por permanecer fieles al Evangelio, sino a desperdiciar la existencia buscando cosas de poco valor, que no dan sentido a la vida. 

Y esto también es importante para nosotros. De hecho, incluso hoy uno puede ser objeto de burlas o de discriminación si no sigue ciertos modelos de moda, que, sin embargo, a menudo ponen en el centro realidades de segunda categoría: cosas en lugar de personas, rendimientos en lugar de relaciones. Veamos algunos ejemplos. Pienso en los padres, que necesitan trabajar para mantener a su familia, pero no pueden vivir solo para el trabajo, sino que necesitan tiempo para estar con sus hijos. Pienso también en un sacerdote o en una religiosa, que deben comprometerse en su servicio, pero sin olvidarse de dedicar tiempo a estar con Jesús, de lo contrario caen en la mundanidad espiritual y pierden el sentido de lo que son. De lo contrario, caen en la mundanidad espiritual y pierden el sentido de lo que son. Aún más, pienso en un joven o una joven, que tienen mil compromisos y pasiones: la escuela, el deporte, intereses varios, el teléfono móvil y las redes sociales, pero necesitan encontrarse con personas y realizar grandes sueños, sin perder el tiempo en cosas que pasan y no dejan huella. 

Todo esto conlleva cierta renuncia frente a los ídolos de la eficacia y el consumismo, pero es necesario para no perderse en las cosas, que luego se tiran, como se hacía entonces en la “Gehenna”. Y en las “Gehennas” de hoy, por el contrario, suele terminar la gente: pensemos en los últimos, a menudo tratados como material de descarte y como objetos no deseados. Permanecer fiel a lo que importa es costoso; cuesta ir contracorriente, liberarse de los condicionamientos del pensamiento común, ser apartado por los que “siguen la moda”. Pero no importa, dice Jesús: lo que cuenta es no desperdiciar el mayor bien: la vida. Solo esto debe asustarnos. 

Preguntémonos entonces: Yo, ¿de qué tengo miedo? ¿De no tener lo que me gusta? ¿De no alcanzar las metas que la sociedad impone? ¿Del juicio de los demás? ¿O más bien, de no agradar al Señor y de no poner en primer lugar su Evangelio? María, Virgen Sabia, nos ayude a ser sabios y valientes en las decisiones que tomamos.

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