El cardenal de Madrid preside la misa de acción de gracias por la canonización de Faustino Míguez Osoro: “Acoger al niño es acoger a Cristo. 
¿No es esto lo que necesita nuestro mundo?”

"Su vida es una vida de peregrinación y confianza absoluta en Dios". Con estas palabras el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha definido a san Faustino Míguez, el escolapio español fundador del Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora que ayer fue canonizado por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro.

Hoy las religiosas calasancias están presentes en 10 países de cuatro continentes a través de 31 colegios y diversas obras de promoción y desarrollo de la mujer. En la eucaristía de acción de gracias celebrada en la basílica de Santa María La Mayor, Osoro subrayó algunos dones del nuevo santo español al que presentó como un educador "que vivió con la sabiduría de quien se sabe elegido por Dios".

Ante más de 1.500 peregrinos de toda la familia calasancia, que llenaban el templo romano, el cardenal arzobispo de Madrid dibujó un retazo biográfico del nuevo santo subrayando las palabras que vertebraron su ser y hacer. "Compasión, amor y paz fueron los ejes que estructuraron su vida y que le llevaron a amar a niños y jóvenes", detalló a la vez que defendió que "la bondad y la misericordia de Dios le acompañaron durante toda su vida. Sentía que el Señor le llevaba de su mano".

"Hemos sido convocados para la paz de Cristo reine en nuestros corazones", apuntó el purpurado parafraseando una de las frases más reconocidas del fundador de las religiosas calasancias. "En san Faustino hay dos pasiones que están escritas en nuestro corazón y tremendamente actuales. Una es la religión, la adhesión a Dios y la necesidad de vivir su experiencia de Dios. Otra es la educación", comentó el arzobispo de Madrid, que interpeló a las religiosas, sacerdotes y laicos presentes en Santa María la Mayor con una pregunta: "Acoger al niño es acoger a Cristo. ¿No es esto lo que necesita nuestro mundo?".

En la fiesta del beato escolapio Pedro Casani, colaborador del fundador de las Escuelas Pías, destacó que San Faustino, "como San José de Calasanz quiso entregar la vida entera, sin condiciones. Quien se acerque a Faustino hoy descubrirá a un explorador". Concelebraron la eucaristía, entre otros, el cardenal emérito de Madrid, Antonio María Rouco Varela, el obispo de Ourense, Leonardo Lemos; el obispo de Jerez, José Mazuelos; y el obispo de Getafe, Joaquín López de Andújar. Junto a ellos, un centenar de sacerdotes escolapios celebraron la canonización del tercer santo de la orden, con el superior general Pedro Aguado al frente.

Al finalizar la eucaristía la superiora general del Instituto Calasancio, madre Sacramento Calderón, animó a los presentes a seguir el ejemplo de San Faustino, "entre los más pequeños y abandonados". "Hoy nos sentimos llamados a responder a las urgencias de nuestro mundo como supieron hacerlo nuestros fundadores", apuntó.

San Faustino Míguez nació en Xamirás, una aldea de Acebedo del Río, Celanova, en la provincia de Orense, el 24 de marzo de 1831. Científico y pedagogo reconocido, en 1885 fundó la congregación en Sanlúcar de Barrameda tras descubrir que las niñas de la localidad gaditana no tenían acceso a la escuela. El padre Faustino fallece en Getafe el 8 de marzo de 1925 a los 94 años de edad. El 25 de octubre de 1998 fue beatificado por Juan Pablo II.

Volver arriba