"No hay vocaciones; ya no somos una comunidad" El convento de los Pasionistas de Melide echa el cierre
En la Semana Santa de 1909, los Padres Pasionistas Clemente de la Presentación visitaron la capital melidense. Los vecinos se quedaron tan entusiasmados con su labor que les solicitaron la fundación de un convento. Pocos meses después, el 3 de mayo de aquel año, ya se colocaba la primera piedra de la que sería la nueva sede de los Padres Pasionistas en la villa, que empezaban así un ciclo de trabajo y labor pastoral por los vecinos. Lo cuenta S. Formoso en El Correo Gallego.
Algo más de un siglo después, la congregación ha decidido cerrar un capítulo de su historia en Melide. "No hay vocaciones. Ya no formamos una comunidad. Lo único que podemos hacer es marcharnos e integrarnos en el centro de Puente Pasaje, en A Coruña", dice el padre Rogelio, uno de los dos curas que hasta el día 30 de este mes seguirán en ese convento.
Tanto el padre Rogelio como el padre Rosendo dejan tras de sí una prolífica trayectoria de una congregación que contó con el apoyo total de los melidenses. Tal y como se indica en una reseña histórica de Xosé Domingos Fuciños sobre la historia de la congregación, el edificio se erigió en poco tiempo, inaugurándose el 19 de abril de 1912. Desde entonces, los Padres Pasionistas de Melide contaron con una amplia comunidad y realizaron labores importantes por los vecinos y por la congregación. Además del convento se construyó una Casa de Estudios en 1920, donde llegaron a acudir cerca de cien jóvenes que se instruyeron para el ministerio sacerdotal y para las misiones en distintos países.
En los años 60, el lugar se convirtió en un colegio internado que destacó por su excelente labor docente. Luego, la congregación cedió parte de las instalaciones de su convento para que se construyese lo que hoy es el centro de día de mayores y que en un futuro se convertirá en residencia. Estas decisiones se fueron tomando a medida que la comunidad redujo su número de religiosos, dado el fuerte azote de la falta de vocaciones. Incluso hubo que realizar un cambio en la propia iglesia de los Padres Pasionistas, trasladando el antiguo retablo de traza neogótica a una nueva capilla, al lado del convento.
Será allí donde los dos religiosos de la congregación en Melide (que realizaban su labor pastoral en seis parroquias) celebren este domingo las últimas Primeras Comuniones (8 niños).
Cinco días después, la puerta se cerrará y el inmueble se destinará a otros fines, que desde la congregación todavía no tienen claros. "Pero la vida sigue...", concluye el padre Rosendo. Lo que sin duda quedará serán los testigos, las voces y los hechos que hicieron de esta congregación una de las más queridas de la zona.
Por su parte, y según cuenta A. F. Vallespir en Diario de Mallorca, el antiguo convento de Nuestra Señora de la Soledad de Santa Maria ha sido adquirido en subasta por 2,9 millones de euros. José Francisco Conrado de Villalonga, actual presidente de Microbank, pasa ser el único propietario de este conjunto religioso, popularmente conocido como el convento de Mínimos.
El juzgado de instrucción número 1 de Palma sacó este inmueble a subasta pública a raíz de un litigio entre la familia Conrado. José Francisco Conrado de Villalonga ostentaba dos tercios de la propiedad, mientras que el tercio restante estaba repartido entre otras ramas de la familia.
José María Conrado Zaforteza, sobrino del propietario mayoritario del convento, mantenía un desacuerdo sobre el dominio, por lo que el banquero mallorquín inició hace once años el proceso judicial, que ahora ha concluido con la subasta pública.
A la puja, que se realizó ayer a mediodía en los juzgados de sa Gerreria de Palma, solo acudieron la parte demandante y la demandada -es decir, cuatro sobrinos y una cuñada del demandante-.
La oferta inicial fue de Conrado de Villalonga, quien ofreció 922.993 euros a través de la sociedad limitada Fuensanta, mientras que los otros propietarios subieron en seguida a 1,3 millones de euros.
Tras 33 pujas, José Francisco Conrado de Villalonga elevó la oferta a 2.901.000 euros, que fue la cantidad final por la que se subastó el antiguo convento de Santa Maria. Según explicó el secretario judicial, que dirigió las licitaciones, Conrado de Villalonga tiene 20 días a partir de hoy para abonar la cuantía total.
Construido en el siglo XVII, el conjunto religioso en el que habitaban los religiosos de la Orden de los Mínimos comprende la iglesia, el claustro, unas dependencias domésticas, jardines y patios, y locales comerciales.
El objeto de la subasta fue todo el conjunto a excepción de la iglesia y la fachada del convento que da a la plaza de los Hostals. En total, el complejo ocupa 5.623 metros cuadrados.
Además, hay dos empresas que explotan parte de la propiedad como, por ejemplo, un restaurante que utiliza parte del claustro para la celebración de ágapes.
Los religiosos de la Orden de los Mínimos fueran expulsados del lugar por las desamortizaciones eclesiales en 1835 y, desde 1855, las tres plantas del conjunto conventual pasaron a manos del Marqués de Fuensanta -antepasado de la familia Conrado-, que lo reconvirtió en vivienda.
El claustro fue declarado patrimonio nacional en 1962 por su valor artístico. En 1987 el Govern balear lo convirtió en bien de interés cultural, por lo que no se puede modificar la actual estructura.