Alaba, Sión, al Señor
¡Feliz martes! La obra que te traigo hoy es una verdadera delicia, a pesar de lo pequeña que es. Se trata de música muy nuestra, con un sabor ibérico muy genuino y ello, entre otras cosas, porque ha salido de la mano de uno de nuestros grandes maestros, que incluso se le ha llegado a llamar el Bach español. ¡Algo tendrá el agua cuando la bendicen, ¿no?! Vamos a comprobarlo con esta maravilla que seguro escuchas más veces.
Disfrutemos de su himno Lauda Sion Salvatorem. La prosa es propia para ser cantada el día del Corpus Christi. No requiere de grandes facultadas técnicas y da la impresión de que fue compuesta para acompañar y alternar con el coro en el momento que era cantada. Por supuesto, esta composición aparece en su «Facultad orgánica» (1626) anteriormente citada y lo característico aquí es que el maestro usa una melodía que no es la gregoriana habitual sino probablemente alguna versión hispánica que se interpretaría en nuestros templos por esa época. Un verdadero bombón.
La interpretación es de Francis Chapelet al órgano de la localidad ciudadrealeña de Torre de Juan Abad. Como curiosidad, el cambio de los registros, que parece algo automático, lo realiza el organista mediante unas rodilleras.