Dios te salve, Reina y Madre

¡Feliz sábado! Para este último sábado del mes de abril te traigo un bocado de lo más exquisito. Procede de uno de los centros polifónicos (entendiéndose por este término una determinada región) más destacables de toda Europa, quizá en el que no pensamos inmediatamente cuando hablamos de este género. Pero de allí salieron grandes (grandísimas) composiciones que aún hoy día nos siguen maravillando. Es lo que pasa en la obra de hoy, a pesar de que su maestro no es demasiado conocido.

Viene a visitarnos hoy William Cornysh (1465-1523), compositor británico nacido en Londres. En este caso me refiero al probable hijo del también llamado William Cornysh (posible porque a pesar del nombre no está clara la filiación). Vivió un momento crucial en cuanto a desarrollo de la música en su país. Igualmente contribuyó a ese estilo típicamente británico que encuentra su culmen en el «Eton Choirbook». Su técnica tendió a simplificarse, ya sea en cuanto a las propias composiciones o porque estas eran a menor escala. Era un artista del Renacimiento: inteligente y destacable no solo por sus cualidades como compositor sino también como poeta, dramaturgo y actor, aunque no se han conservado ninguna de sus obras para estos géneros. Parece ser que cuando el emperador Carlos V visitó a Enrique VIII para unas negociaciones, el 15 de junio de 1522, hubo una pequeña representación en la que precisamente se interpretó una obra de Cornysh a propósito de esa visita y que auguraba un éxito en la misma.

Hoy te traigo su Salve Regina que precisamente se encuentra en ese libro de coro de Eton. Está compuesta para cinco voces y la de soprano presenta esos característicos agudos de la música de esta época. A pesar de lo dicho anteriormente, la música de esta obra presenta una polifonía algo intrincada. El estilo florido en el que también era capaz de componer el maestro está aquí plenamente representado. En la obra, las voces suelen dialogar en dúo y luego se mezclan todas a la vez creando unos poderosos «tuttis». Usa frecuentemente el estilo imitativo pero también el contrapunto libre. Una obra que es una verdadera maravilla.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es de The Tallis Scholars dirigido por Peter Philips.

Volver arriba