Misa para una escala



¡Feliz miércoles! No se trata de una escala de ningún viaje ni de una escalera, no. La obra de hoy está relacionada con una escala musical. Y es una escala que constituye el fundamento de la música occidental. La composición que vamos a disfrutar hoy (de la que escucharemos solo una parte) fue muy controvertida en su tiempo y algunos grandes nombres de la época opinaron sobre ella, bien alabándola bien denostándola. Nosotros vamos a dejarnos a llevar por sus cautivadores sonidos.

Te presento a Francesc Valls (1665/1671-1747), compositor español nacido en Barcelona que también destacó por sus obras teóricas. En 1688 estuvo al cargo de la música de una parroquia de Mataró y luego fue nombrado maestro de capilla de la catedral de Gerona. En 1696 ocupó un puesto similar en Santa María del Mar; ese mismo año pasó a la catedral de la Ciudad Condal. Fue un compositor muy prolífico y a pesar de casi podemos hallar obras suyas en todos los archivos de España se conoce poco de su vida. Escribió un impresionante tratado de teoría musical llamado «Mapa armónico» pero no fue publicado en su vida. Circuló de forma clara en las escuelas de España y en él hallamos información sobre la teoría modal, la armonía y el contrapunto. También está presente la realización del continuo, la instrumentación, los estilos nacionales y los diversos géneros que afectan a la interpretación. Ejemplifica la obra con diversos fragmentos musicales, muchos de los cuales son composiciones enteras.

Hoy te traigo un fragmento de su famosa Missa Scala Aretina. Fue publicada en 1702 y se llama así porque hace referencia en ella al famoso hexacordo de Guido d'Arezzo. Puede escucharse de forma clara en el kyrie y esto fue fuente de controversia entre 1715 y 1720. El uso de esa escala tenía tanto detractores como defensores casi a partes iguales. Incluso el mismísimo Alessandro Scarlatti dio su opinión (en contra). Creaba diversas disonancias que no gustaba a todo el mundo. Por encima de cuestiones musicológicas la obra es deliciosa y su instrumentación, con trompetas, es de ambiente festivo y plenamente barroco. La obra, por su suntuosidad, nos recuerda a la también famosa «Misa de Salzurgo» de Biber.

La interpretación es de Koor & Barokorkest van de Nederlandse Bachvereniging dirigidos por Gustav Leonhardt.

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