¿El legado del papa argentino tendrá continuidad con Prevost? León XIV: Un perfil esperanzador

Por mis frecuentes viajes a Perú durante los últimos 25 años, he seguido de cerca la trayectoria del padre agustino Robert Francis Prevost, primero como misionero, luego como obispo de la diócesis de Cliclayo y ahora como papa con el nombre de León XIV
El legado del papa argentino pasa a manos del papa de nacionalidad peruana León XIV, ambos latinoamericanos. Una continuidad geográfica que espero se traduzca en continuidad eclesial y política liberadora
Una sinodalidad sin democracia se queda en una palabra carente de contenido. Una democracia sin perspectiva de género se convierte en una contradicción in terminis. Una perspectiva de género sin crítica de las masculinidades refuerza el patriarcado
Una sinodalidad sin democracia se queda en una palabra carente de contenido. Una democracia sin perspectiva de género se convierte en una contradicción in terminis. Una perspectiva de género sin crítica de las masculinidades refuerza el patriarcado
Por mis frecuentes viajes a Perú durante los últimos 25 años, he seguido de cerca la trayectoria del padre agustino Robert Francis Prevost, primero como misionero, luego como obispo de la diócesis de Cliclayo y ahora como papa con el nombre de León XIV. Tengo las mejores impresiones, compartidas con colegas teólogas, teólogos y obispos amigos peruanos, sobre su actividad teológica y pastoral. Lo primero a destacar es que ha llevado a cabo una migración inversa: del Norte global al Sur global, de Estados Unidos a América Latina, de Chicago a Perú. Tal migración ha supuesto un cambio de lugar social y eclesial: del mundo del desarrollo al del subdesarrollo, del mundo de la abundancia al de la pobreza estructural, de la Iglesia rica a la Iglesia de los pobres.
Se nacionalizó peruano y conoció de cerca la realidad de la pobreza en su propia diócesis y fue testigo de la corrupción política al más alto nivel. La mayoría de los últimos presidentes del país que conoció durante su actividad misionera y episcopal han sido procesados, condenados y encarcelados. Conoció in situ el desarrollo de la teología de la liberación surgida en dicho país bajo la paternidad del teólogo Gustavo Gutiérrez, a quien trató personalmente y siguió.
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Espero que su ubicación social en el mundo de la marginación y en la teología de la liberación contribuyan a que durante su pontificado dirija su mirada, oriente su práctica liberadora y ponga su corazón en los lugares donde la pobreza, el hambre y la injusticia estructural golpean con especial dureza a las mayorías populares y camine por la senda del cristianismo liberador, que inició su andadura en América Latina a mediados de la década de los sesenta del siglo pasado y se extendió por el Sur global en las décadas siguientes.

"Robert Prevost fue un estrecho colaborador del papa Francisco"
Robert Prevost fue un estrecho colaborador del papa Francisco, quien le nombró obispo y cardenal, le encargó la presidencia de uno de los dicasterios más importantes de la Curia vaticana, el del nombramiento de obispos, y le puso al frente de la Comisión Pontificia para América Latina, que cuenta entre sus colaboradores con la teóloga y profesora universitaria argentina Emilce Cuda. Fue una de las personas que, con buen criterio, asesoró a Francisco en la difícil y contundente decisión de disolver el Sodalicio, organización cristiana peruana envuelta en casos de pederastia, enriquecimiento ilícito y corrupción económica.
Me parece importante destacar que el legado del papa argentino pasa a manos del papa de nacionalidad peruana León XIV, ambos latinoamericanos. Una continuidad geográfica que espero se traduzca en continuidad eclesial y política liberadora y facilite el urgente proceso de desoccidentalización y descolonialización de la Iglesia como condición necesaria para su universalidad. De lo contrario, seguirá manteniéndose la colonización cultural y religiosa europea del cristianismo, excluyente de otras identidades étnico-culturales. Del extra omnes del inicio del cónclave hay que pasar al intra omnes de las personas, colectivos y pueblos que históricamente han sido excluidos de la comunidad cristiana por el color de la piel, la procedencia geográfica y la identidad étnica, etc.
La Iglesia católica se configura como una patriarquía. En ella las mujeres son marginadas del liderazgo eclesial, de los puestos de dirección, de la toma de decisiones y de la mayoría de los ministerios eclesiales. Son la mayoría silenciada, humillada e invisibilizada. Sin embargo, en sus intervenciones públicas León XIV no ha reconocido su marginación en la comunidad cristiana, ni creo haber escuchado un discurso en defensa de la igualdad y la paridad de género en la Iglesia, ni he encontrado una crítica del patriarcado tanto político y eclesial. Solo he podido leer una referencia suya a los feminicidios.
"En sus intervenciones públicas León XIV no ha reconocido su marginación en la comunidad cristiana, ni creo haber escuchado un discurso en defensa de la igualdad y la paridad de género en la Iglesia"
El nombre elegido como papa, León XIV, ofrece también una pista de la prioridad de su pontificado. Él mismo explica el motivo de dicha elección: “Pensé tomar el nombre de León XIV. Hay varias razones, pero la principal es porque el Papa León XIII, con la histórica encíclica Rerum novarum, afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial y hoy la Iglesia ofrece a todos, su patrimonio de Doctrina Social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial, que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo”. Dignidad humana, justicia y derecho al trabajo me parecen tres prioridades irrenunciables del nuevo pontificado.
León XIV se ha referido en sus discursos a la sinodalidad en continuidad con una de las propuestas estrella de Francisco. De acuerdo. Pero para que no se quede en una propuesta inoperante tiene que traducirse en una verdadera democratización de las estructuras eclesiales desde la perspectiva de género y crítica de las masculinidades sagradas que gobiernan hoy la Iglesia. Una sinodalidad sin democracia se queda en una palabra carente de contenido. Una democracia sin perspectiva de género se convierte en una contradicción in terminis. Una perspectiva de género sin crítica de las masculinidades refuerza el patriarcado.
"Para que no se quede en una propuesta inoperante, la sinodalidad tiene que traducirse en una verdadera democratización de las estructuras eclesiales desde la perspectiva de género y crítica de las masculinidades sagradas que gobiernan hoy la Iglesia"
