Música para una marioneta

¡Feliz viernes! Abundan las obras destinadas a representaciones con marionetas y algunas son muy conocidas. La de hoy quizá no sea tan conocida y su compositor es de esos que deberían ser más interpretados, porque tienen calidad.

Hablo de Paul Hindemith (1895-1963), compositor alemán nacido en Hanau. Desde pequeño aprendió a tocar el violín, pero el finalmente optó por la composición, que estudió en el conservatorio de Frankfurt; ganaba dinero tocando en bandas y en musicales. Fue director de la Ópera de Frankfurt y tocó el violín y la viola en el Cuarteto Rebner. Precisamente recorrió Europa tocando con un conjunto de cámara. En 1922 algunas obras suyas fueron interpretadas en Salzburgo, lo que le llevó a ser conocido más internacionalmente. Organizó el Festival de Donaueschingen donde estrenó obras de Schoenberg y Webern. Desde 1927 enseñó composición en el conservatorio de Berlín y a finales de la década de 1930 hizo varias giras por América. Su música fue condenada por los nazis como «degenerada» y en 1940 tuvo que emigrar a Estados Unidos, enseñando en Yale y Harvard. Volvió a Europa y vivió dando clases en Zúrich. Al final de su vida era considerado uno de los grandes directores de orquesta europeos.
Acudimos hoy a su cuento navideño Tuttifäntchen, que fue compuesto en 1922. Cuando la historia de Punch y Judy, dos figuras del maestro de la madera Tuttifant que cobran vida de repente y toman el corazón de su hija Trudel, que termina siendo salvada por el aprendiz Peter. Las marionetas terminan volviendo al abeto de cuya madera están hechas y puede así dar comienzo la Navidad. Hindemith hace uso de algunos villancicos populares, de forma que la obra termina convirtiéndose como en algo conocido, en uno de esos cuentos cuya música nos viene a la mente en esa época tan entrañable.
La interpretación es de la Orquesta Sinfónica de Berlín dirigida por Johannes Zurl.