Pompa fúnebre

Pompa fúnebre, Couperin

¡Feliz martes! Algunas piezas, sobre todo antiguas, tienen un innegable nombre curioso. Pero, por encima de ese nombre, detrás de ellas hay una bella música, inspiradora y llena de sentido. El maestro de hoy, perteneciente a una gran familia, compuso una gran cantidad de piezas que llevan un característico título.

François Couperin

Nos visita hoy François Couperin (1668-1733), compositor francés nacido en París; era conocido como el Grande. Es el más reconocido de su familia junto con su tío Louis. Con dieciocho fue nombrado organista de San Gervasio de París y en 1693 llegó a ser uno de los cuatro organistas de la Capilla Real y en 1717 sucedió a Jean-Henri d'Anglebert como clavecinista de la corte. Ni que decir tiene que François era conocido por sus composiciones para clave, algo similar a lo que pasaba con su tío. Muchas de esas piezas (bastante más de doscientas) son programáticas. No se quedó ahí puesto que también escribió música de cámara para distraer las tardes dominicales del rey. También escribió música religiosa, llena de misticismo y de religiosidad.

En su Segunda Suite para viola de gamba, aparecida en 1728, hay una pieza titulada Pompe fùnebre. Está marcada très gravement y, en realidad, es la descripción de un cortejo fúnebre. Hay un hecho bastante concluyente: Couperin decidió publicar esta suite, como he comentado, en año 1728 que fue el año de la muerte de otro gran violagambista como fue Marin Marais. Así, no es de extrañar que esta nostálgica pieza sea un homenaje a Marais, quien tanto hizo por el instrumento para la que está compuesta. Couperin crea una atmósfera densa y grave, propia de ese homenaje fúnebre, que casi parece un concierto. Una delicia.

La partitua de la pieza puede descargarse aquí (página 23 del pdf).

La interpretación es de Jordi Savall y Ariane Maurette (violas) y Ton Koopman (clave).

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