Para hoy, unas sevillanas



¡Feliz viernes! Sevilla tiene un embrujo especial y ejerce un no sé qué sobre cualquiera que ninguna otra ciudad del mundo es capaz. Por lo menos me pasa a mí. Por muchos sitios que visito siempre llego a la conclusión de que Sevilla es Sevilla. Un poco de eso debe haber en el inconsciente del maestro de hoy ya que compuso esa bella obra inspirándose en la capital hispalense. Ciertamente son unas sevillanas muy sui generis pero bueno, ahí queda la obra. ¿Te apetece conocerla?


Si es así, vendrá de la mano de Edward Elgar (1857-1934), compositor británico nacido en Broadheath. Su familia no tenía demasiado dinero pero le pudieron dar una educación musical desde el principio viendo los talentos del niño. Como violinista llegó a ser una celebridad local y tocó en Worcester and Birmingham. No parecía que su estilo de vida cuadraba con el típicamente británico ya que era católico y relativamente pobre. Le gustaba dar paseos en bicicleta que eran muy inspiradores para él. Poco después de casarse se mudó a Londres pero no pudo soportar la vida allí y tuvo que trasladarse al campo. 1899 fue su mejor año ya que entonces estrenó sus famosas «Variaciones Enigma» que le consagraron como un músico británico. Ese músico que empezó siendo algo meramente local se instaló dentro del público inglés, y se convirtió en el músico más destacado desde Purcell. Era apreciado entre sus colegas aunque él mismo no estaba muy de acuerdo con el cariz que estaba tomando la música de su país. Dijo: «La música inglesa es blanca ya que lo refleja todo».

Elgar se encargará de mostrarnos su visión de España con esta Sevillana (Scène espagnole), op. 7, composición de 1884; está dedicada a W. C. Stockley, director del Festival de Birmingham. Aquí la música española está tan escondida que casi no parece que le inspirara nuestro país, si no fuese por el sonido de la percusión. La obra está escrita en un chispeante compás de 3/8 y el tema inicial sí tiene cierto sabor sevillano, aunque contenido. Elgar nos muestra aquí su calidad como compositor y, sobre todo, como orquestador de forma que la obra más que estilo español tiene estilo Elgar. De hecho, el final es muy similar a los de sus «Marchas de Pompa y Circunstancia». Quizá por error, quizá por juego de palabra, la obra está titulada de forma original como «Sevillaña».

La partitura de la obra puedes conseguirla aquí.

La interpretación es de la Orquesta Sinfónica CSR dirigida por Keith Clark.

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