"La persona que sufre la covid-19 se suma al rubro de quienes son rechazados" Petición de los obispos mexicanos: "Hagamos todos un alto a la indiferencia, a la cultura del descarte y al virus de la discriminación"

Mascarilla de la Virgen de Guadalupe
Mascarilla de la Virgen de Guadalupe

El episcopado advierte sobre los nuevos grupos de la población con riesgo de ser más discriminados, como lo es el personal de salud en México, los contagiados y los pacientes post-COVID

“Es natural que socialmente aparezca el miedo al contagio, a la enfermedad, al dolor y a la muerte. En esto vale mucho la oportuna información para enfrentar el boom de falsas noticias que invaden las redes sociales”

“¿Qué nos pide Dios en este acontecimiento mundial que aqueja la salud de las personas?”

(Vatican News).- La desigualdad está aumentando para más del 70% de la población mundial y la pandemia de COVID-19 está afectando con mayor dureza a las personas más vulnerables. Incluso cuando se dispone de nuevas vacunas contra el nuevo coronavirus, existe una gran desigualdad en el acceso a las mismas, al punto de prever una especie de “apartheid” de las vacunas.

Bajo esta perspectiva, la Conferencia episcopal mexicana (CEM) a través de la Dimensión Episcopal de Fe y Compromiso Social (DEFCS) se unió al Día Mundial de la Cero Discriminación, celebrado el pasado 1 de marzo, con un mensaje de solidaridad y luha contra los “descartados” del mundo.

El mensaje de la DEDCS advierte que el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación ha señalado grupos de la población con riesgo de ser más discriminados, como lo es el personal de salud en México, que ha recibido malos tratos, intimidaciones y agresiones. Además – agrega - se suman a estos grupos las personas con discapacidad, los pueblos originarios que carecen de atención e información, y personas con VIH.

Hagamos todos un alto a la indiferencia, a la cultura del descarte y al virus de la discriminación, imitando a Jesucristo para limpiar estas lepras cuya vacuna es la misericordia. Digámosles: Cúranos Señor de la lepra de la discriminación”, es el llamado de  monseñor Guillermo Ortiz Mondragón, Obispo de Cuautitlán y todo el equipo de la DEFCS.

Covid y Guadalupe

El mensaje hace un recorrido sobre la evolución de la pandemia desde que, el  11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaraba la epidemia del COVID-19. “Como humanidad hemos sido tocados en este punto medular de la salud. Diversas interrogantes se fueron gestando sobre la aparición del virus SARS-COV-2 que se fue adueñando de miles de personas a nivel mundial”, enfatiza el mensaje.

El “ritmo vertiginoso” de la pandemia –explica la nota -  obligó a la medicina a buscar métodos para curar la enfermedad, cambios en los lineamientos y protocoles del cuidado de la salud y a encontrar una vacuna que diera respuesta a esta crítica situación. Pero también a enfrentar una situación social en tensión, en particular, la “discriminación” a quien se contagiaba, a los pacientes post-COVID, y al personal médico incluso con agresiones físicas.

“Es natural que socialmente aparezca el miedo al contagio, a la enfermedad, al dolor y a la muerte. En esto vale mucho la oportuna información para enfrentar el boom de falsas noticias que invaden las redes sociales”, advierte la CEM que pide responder al llamado del Papa Francisco a la fraternidad y a la amistad social para enfrentar la pandemia actual, porque para superar los miedos y la discriminación necesitamos comprender que todos podemos ser tocados por la pandemia y es esencial que nazca: «un deseo mundial de hermandad».

Covid en México

Las últimas informaciones sobre la situación de la pandemia en México estiman que existen grandes probabilidades de una tercera ola por COVID-19, debido a la reactivación de algunas actividades socioeconómicas, así como la llegada de Semana Santa que muchos ciudadanos aprovecharán para salir de vacaciones. De allí , el llamado de las autoridades sanitarias a una corresponsabilidad social al usar de manera correcta la mascarilla, mantener el lavado de manos, no usar guantes fuera de las labores en las que se requiere.

“¿Qué nos pide Dios en este acontecimiento mundial que aqueja la salud de las personas?” Es la pregunta que plantea el mensaje que recuerda que "la vida y la salud son bienes preciosos confiados por Dios y el deber de cuidarlos requiere de la ayuda de la sociedad toda que permita lograr las condiciones de una adecuada salud".

Mansaje íntegro de la Cem

El ritmo de la pandemia que vive el mundo continua su curso. Todos hemos quedado al descubierto por sus efectos, como señala el papa Francisco: «la pandemia de Covid-19 dejó al descubierto nuestras falsas seguridades»” (FT 7); vivimos asustados y perdidos, frágiles y desorientados, llamados a remar juntos y con la necesidad de confortarnos mutuamente. (Cf. Francisco, Bendición Urbi et Orbi, momento extraordinario de oración en tiempos de pandemia, 27 marzo 2020).

Guadalupe pandemia

El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud declaraba la epidemia del COVID-19 como Pandemia. Hecho de máxima urgencia al tratarse de la salud global, derecho que tiene toda persona, según la declaración de los derechos humanos (Art. 25). A partir de ese momento la situación de la salud es de incertidumbre para todas las naciones y el ritmo de la pandemia se mueve con la rapidez de los desplazamientos humanos. Como humanidad hemos sido tocados en este punto medular de la salud. Diversas interrogantes se fueron gestando sobre la aparición del virus SARS-COV-2 que se fue adueñando de miles de personas a nivel mundial.

Jesús en su ministerio nos manifiesta que Dios quiere la salud para sus hijos, esto lo vemos reflejado en que dedica gran parte de su tiempo a curar enfermos, como sucede con el leproso que le suplica: “Si tú quieres, puedes curarme”, y Jesús expresa su gesto compasivo: “¡Si quiero: sana!” (Cf. Mc 1, 40-42). «Es un deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de la época e interpretarlos a la luz del Evangelio» (Gaudium et Spes 4), y consideramos la pandemia como un signo del tiempo presente que nos confronta: ¿Qué nos pide Dios en este acontecimiento mundial que aqueja la salud de las personas? La vida y la salud son bienes preciosos confiados por Dios y el deber de cuidarlos requiere de la ayuda de la sociedad toda que permita lograr las condiciones de una adecuada salud (Cf. CIC 2288). El coronavirus ha tocado a diversos sectores, de modo especial ha afectado a personas mayores, y como señala el Papa Francisco, no tenían que morir de este modo (Cf. FT 19).

El ritmo vertiginoso de la actual pandemia provoca un llamado a la medicina para eliminar esta enfermedad; cambios en los lineamientos y protocoles del cuidado de la salud; ponernos en marcha para encontrar una vacuna que diera respuesta a esta crítica situación. Pero también surgía una situación social en tensión, el hecho de causar “discriminación” a quien se contagiaba, a los pacientes post-COVID, y al personal médico incluso con agresiones físicas. Es natural que socialmente aparezca el miedo al contagio, a la enfermedad, al dolor y a la muerte. En esto vale mucho la oportuna información para enfrentar el boom de falsas noticias que invaden las reden sociales.

Pandemia en México

La Organización de las Naciones Unidad ha afirmado que la pandemia del COVID-19 está causando temor y sufrimiento graves a las personas de edad en todo el planeta, y que más allá de su impacto inmediato en la salud, la pandemia coloca a estas personas en situación de mayor riesgo de pobreza, discriminación y aislamiento (Cf. ONU, Respuesta al COVID-19 debe respetar los derechos y la dignidad de las personas, 1 mayo 2020). El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, ha señalado grupos de la población con riesgo de ser más discriminados, como lo es el personal de salud en México, que ha recibido malos tratos, intimidaciones y agresiones, como lo hemos observado con tristeza. Además se suman a estos grupos las personas con discapacidad, los pueblos originarios que carecen de atención e información, y personas con VIH (Cf. www.Conapred.org.mx 5 mayo 2020). Recordemos que nuestra Carta Magna señala la prohibición de toda discriminación que atente contra la dignidad de la persona y menoscabe sus derechos y libertades. (Y Cfr. CPEUM, art 1 párrafo quinto).

El leproso que se acerca a Jesús presenta los rasgos de un contagiado de COVID de dolor y vergüenza, de marginación, con la exigencia de declararse impuro y estar fuera de la comunidad (Cf. Lev 13, 1-2. 44-46). Aunque no necesitamos conducir a la persona fuera de la comunidad, está en casa, se le hace sentir rechazada, ubicándose en una autentica periferia existencial, en la que hemos de encontrar al hermano (Cf, Francisco, Misericordiae Vultus, Bula de Convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia 11 abril 2015).

En el contexto de lo que el Papa Francisco llama cultura del descarte (Cf. EG 53) nos hace pensar que la persona que sufre la covid-19 se suma al rubro de quienes son rechazados. Él afirma que: «La pandemia ha dejado al descubierto la difícil situación de los pobres y la gran desigualdad que reina en el mundo. Y el virus, si bien no hace excepciones entre las personas, ha encontrado, en su camino, grandes desigualdades y discriminación… Tenemos que curar un gran virus, el de la injusticia social, de la desigualdad de oportunidades, de la marginación y de la falta de protección a los más débiles» (Francisco, Audiencia general 19 agosto 2020).

Respondamos al llamado del Papa Francisco a la fraternidad y a la amistad social para enfrentar la pandemia actual (Cf. FT 154), para superar los miedos y la discriminación necesitamos comprender que todos podemos ser tocados por la pandemia y es esencial que nazca: «un deseo mundial de hermandad» (Cf. Ib. 8).

Hagamos todos un alto a la indiferencia, a la cultura del descarte y al virus de la discriminación, imitando a Jesucristo para limpiar estas lepras cuya vacuna es la misericordia. Digámosles: Cúranos Señor de la lepra de la discriminación.

Que la Virgen de Guadalupe, que acompaña a la Iglesia de su Hijo desde la primera evangelización, siga intercediendo por nosotros, como lo hizo a favor de Juan Bernardino, para construir unidos su Casita.

Covid en México

Psic. Itzel López del Valle Polit. C. Bogart Márquez Rodríguez 

Antrop. Asalia Lechuga        Psic. María de los Ángeles Vázquez

Mtro. Jesús Gaviño Ortiz   Pbro. Lic. Horacio Robles Cedillo

Pbro. Dr. René Carrera Sánchez

+Guillermo Ortiz Mondragón Obispo de Cuautitlán

Encargado de la DEFCS.

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