Los obispos de Colorado piden "fomentar una cultura de vida y paz" Veinte años de la masacre de Columbine: "Una tragedia que todavía arde en nuestros corazones"

Recuerdo de la masacre de Columbine
Recuerdo de la masacre de Columbine

"La violencia en nuestros hogares, escuelas y ciudades está destruyendo cada día la vida, la dignidad y la esperanza de nuestros hermanos y hermanas"

El 20 de abril de 1999, dos estudiantes de secundaria de Columbine, Colorado, entraron a su escuela con dos rifles y mataron a 12 estudiantes y un maestro, dejando a 20 de sus compañeros heridos, antes de decidir quitarse la vida. Han pasado veinte años desde el día que vincula el nombre de Columbine con los asesinatos en masa perpetrados en escuelas o lugares públicos.

Una tragedia que vive en la memoria

En estos días, sacerdotes, rabinos y pastores han recordado el aniversario con celebraciones y visitas al monumento en Columbine donde están enterradas las víctimas. Los obispos de Colorado quisieron emitir una declaración conjunta en la que recuerdan "una tragedia que todavía arde en nuestros corazones y en nuestras mentes y que seguirá ardiendo para siempre".

Los prelados en su mensaje hablan de "inocencia perdida, junto con las vidas mutiladas por la violencia", pero al mismo tiempo piden "que los hombres y mujeres de fe recuperen las comunidades con miedo y maldad que vienen de experiencias similares a las de Columbine".

20 años de Columbine

Mensaje

Esta semana recordamos la horrible tragedia que ocurrió en Columbine High School hace 20 años. En la vida hay días que nunca serán olvidados. Están en nuestras mentes y en nuestros corazones por siempre.  Para muchos de nosotros en Colorado ese día fue el 20 de abril de 1999.

Al celebrar este solemne aniversario con la oración, el recuerdo y el servicio, no olvidemos que aún queda mucho por hacer. La violencia en nuestros hogares, escuelas y ciudades está destruyendo cada día la vida, la dignidad y la esperanza de nuestros hermanos y hermanas.

Juntos, como personas de buena voluntad debemos enfrentar esta cultura de violencia con amor, trabajando para reconstruir y apoyar la vida familiar. Debemos comprometernos a trabajar juntos para fomentar una cultura de vida y paz.

Nada de lo que hagamos o digamos nos devolverá las vidas y la inocencia que se perdieron hace 20 años. Aprovechemos este momento para recordar el regalo de las vidas de aquellos que perdimos y, como hombres y mujeres de fe, saquemos a nuestras comunidades del miedo y el mal que proviene de la violencia como la que presenciamos en Columbine.

Nuestra fe en Jesucristo nos proporciona la esperanza y los valores que pueden traer paz, respeto y dignidad a nuestros hogares, corazones y comunidades.

Nuestros pensamientos y oraciones están con la comunidad de Columbine y todos los afectados por la violencia en nuestras comunidades.

No olvidemos Columbine

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