Ottonello no se habla con los obispos La larga y molesta presencia del Nuncio en Ecuador
(Gonzalo Ortiz Crespo)- "No me refiero a la política nacional. Sí a la internacional. Y estoy hablando de las grandes ligas. Me refiero a la Iglesia Católica. Y en concreto a las relaciones del Vaticano con el Ecuador.
Bueno, no tanto del Vaticano con la República del Ecuador cuanto del Vaticano con la Iglesia ecuatoriana.
El cambio que demora es el del Nuncio en el Ecuador, Monseñor Giacomo Guido Otonello.
Es que las relaciones del Nuncio con los obispos del Ecuador no son solo malas sino pésimas.
Otonello ha tenido constantes salidas de tono y ha protagonizado también roces con muchas autoridades civiles. Con el Municipio mantuvo una polémica feroz.
Inclusive amenazó con cerrar la Nunciatura. El Canciller de la época, Francisco Carrión, le dijo que la cierre no más.
Hoy en día muchos obispos del Ecuador no pisan la Nunciatura. Y no lo hacen desde hace años.
Otonello está aquí desde hace cerca de nueve años (fue designado en febrero de 2005), cuando los nuncios suelen quedarse en un país entre cuatro y cinco años.
Por eso es que, en el Ecuador, los obispos rezan a todos los santos para que cesen al Nuncio, pues su larga presencia es ya una molestia.
En Quito han estado personalidades destacadísimas de la iglesia . Por citar uno solo: el anterior nuncio, que estuvo cuatro años, Mons. Alain Paul Lebeaupin.
Hombre de cultura y diplomático sagaz, es actualmente arzobispo y Nuncio ante la Unión Europea. Cuando se fue del Ecuador dejó un vacío.
En cambio, a Otonello, por su estilo ríspido y su nulo involucramiento en las cosas de la Iglesia, no se le extrañará.
Ojalá el Papa Francisco, tan sensible a los temas pastorales, tome pronto cartas en el asunto".