Mientras se extiende entre los católicos blancos la intención de abstenerse Más de 5.000 monjas estadounidenses piden una campaña presidencial más civilizada

(Cameron Doody).- Unas 5.671 profesas religiosas de los Estados Unidos han mandado una carta este lunes a los diferentes candidatos para la presidencia del país -de los partidos Demócrata, Republicano, Verde y Libertario- en la que reclaman "civismo en nuestro discurso público y decencia en nuestra interacción política".

La misiva fue escrita por la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas (LCWR, por sus siglas en inglés) -asociación que engloba casi el 80% de las hermanas profesas de los EEUU- y la suscriben mujeres que, además de ocuparse de su ministerio, también sirven a la comunidad en varios servicios de salud, educación y otros empleos pastorales.

El "civismo" y la "decencia" en el discurso público que reivindican es esencial, según afirman, no solo para promover el bien común y el diálogo constructivo, sino también para situar al país en la línea tanto de "los principios y valores" sobre los cuales fue fundado, como del desvelo del Papa Francisco de que en la política se defienda y conserve, por encima de todo, la dignidad de todos los ciudadanos.

"Por desgracia", afirman las religiosas en la carta auspiciada por la LCWR, "vivimos en tiempos en que nuestra política está marcada por el interés propio y la retórica degradante". Como remedio a tal situación de "extremismo ideológico" e "híper-partidismo" -y como manera de evitar que se cuelen en la vida pública las llamadas a "los instintos más viles" de miedos y recelos- las monjas firmantes instan a que los candidatos y sus partidos abandonen "las repuestas fáciles" para abrirse a la "escucha atenta" y el "diálogo constructivo".

"Pedimos simplemente que todos los que buscan liderar se abstengan del lenguaje que no respeta, deshumaniza o demoniza al otro", solicitan las religiosas, con el fin de que las diferencias de cada sector de la sociedad se transformen en una baza para la nación y no en un disolvente "que destruye los lazos que nos mantienen unidos".

¿Para quién será el "voto católico"?

El manifiesto de las 5.671 mujeres religiosas de la Conferencia de Liderazgo representa la última intervención de la Iglesia en la carrera hacia la Casa Blanca: camino que, por las deficiencias que perciben en los diferentes candidatos, se está convirtiendo, para muchos, en una especie de elección imposible.

Por un lado, y como ejemplo, está el apoyo al aborto expresado por la candidata demócrata Hillary Clinton; por otro, la xenofobia rampante del aspirante republicano, Donald Trump. ¿A quién, entonces, debería apoyar con su voto el católico?

Tal dilema no ha sido abordado por la Iglesia con la atención que hubieran deseado muchos fieles porque, como recordó la Conferencia Episcopal de los EEUU en marzo de 2015, las normas del Servicio de Impuestos Internos del país (IRS)- la Hacienda estadounidense- prohíbe expresamente que las organizaciones sin ánimo de lucro, categoría en la que entra la Iglesia, puedan entrometerse en la actividad política.

Sin embargo, y como guía para las elecciones previstas para noviembre de este año, los obispos estadounidenses publicaron el año pasado en su web el documento Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles.

Aunque este manual para el votante le recuerda al católico que siempre han de primar en la sociedad los principios de la dignidad de la persona humana, el bien común, la subsidiaridad y la solidaridad -para que cada seglar contribuya a que "la ley divina quede grabada en la ciudad terrena" (Gaudium et Spes, 43)- la guía sufre no solo de la proscripción del IRS de que no agrande las divisiones partidarias sino también por haber sido republicada, íntegramente, en su versión de 2007. Como tal no toma en cuenta ni las victorias de Clinton y Trump en sus respectivas primarias ni el clima actual de miedo y odio que denuncian las monjas de la LCWR en su misiva de esta semana.

Es por eso que, a grandes rasgos, cada vez más católicos hispanos en los EEUU apoyan a la candidata Hillary Clinton frente a la postura racista de Donald Trump, a la cual votaría hasta el 77% de los votantes registrados en este grupo, según una encuesta realizada en junio por el Pew Research Center. Y aunque según este mismo sondeo el 50% de los católicos blancos inscritos en las listas para votar lo harían por Trump -para castigar a Clinton por el desdén por la vida humana que perciben en ella- entre esta demográfica se está extendiendo cada vez más la intención de abstenerse.

En esta elección, por tanto -en la que no queda claro para quién puede ser el "voto católico", y frente a los consejos de la Iglesia que centran más en lo que el católico debe oponer, en vez de quién debe apoyar- los fieles podrían acabar votando no desde la conciencia "bien formada" sino desde el instinto.

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