María-José Peña: Hablamos de lo mismo que hace un año, del odio entre Catalanes

"Un día como hoy, hace un año, decíamos lo que sigue más abajo... Hoy, un año después, algunos han hablado con claridad, para vergüenza de los que no se enteraron o no se quisieron enterar."

María-José Peña: "ANTE EL ESPEJO: TESTIGOS Y VIOLENCIA", 06/03/2019.

Mientras todos y cada uno de los Españoles no compartamos solidariamente el propósito de poner fin a la pesadilla del odio que sufren cotidianamente nuestros conciudadanos Catalanes, odio engendrado y fomentado por sus gobernantes, no hay manera de ver claro el futuro de nuestra gran familia Española.

Desde Bruselas acompaño este SOS cordial y solidario de María-José Peña, querido Compatriota, deplorando con ella y contigo el independentismo como quiebra de la solidaridad constitucional y cordial entre todos los Españoles por obra y desgracia inauditas de nuestros pésimos gobernantes, tanto autonómicos como estatales.

También deploro contigo la "terrorífica farsa macabra" del dúo Puigdemont +Torra, que tiene embobados y auto-maniatados a los sanchistas que nos desgobiernan, quienes ya de por sí no son otra cosa que okupas de la parafernalia del poder mas bien que gobernantes justos. 

Salvador García Bardón

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Un día como hoy, hace un año.
María-José Peña

Hoy casi podríamos decirlo de Rentería, de la Universidad Autónoma de Barcelona, de lo que están declarando los Guardias Civiles y Policia Nacional como testigos en el Juicio del Procés... en realidad, hablamos de lo mismo, del odio.


De ese odio provocado y alentado hacia otros por un nacionalismo perverso, envalentonado y cómodamente instalado en las instituciones; de ese deseo bestial de "echar" a los otros, de arrojarlos de cualquier espacio dónde ellos pongan el pie; de esa intentona constante de eliminarles como ciudadanos con derechos...y de esa criminal tolerancia por parte de los que deben impedirlo y erradicarlo. De eso hablamos.

María-José Peña
16 de abril de 2018 a las 22:11 ·

ALSASUA


Hoy empezó el juicio.
Los hechos son conocidos.
Hoy han empezado a declarar los imputados.


Y hoy he sentido, oyéndoles, una profunda vergüenza. No voy a decir nada más sobre ellos y los hechos que se les imputan; es la Justicia la que se ha de pronunciar, pero si voy a mostrar mi estupor por su actitud: seguros, tranquilos, resueltos, ¡nada serio!, habían bebido de más


Pero no ha sido sólo eso, ha sido más mucho más lo que he visto que me ha avergonzado profundamente: un pueblo que jalea a los encausados, un pueblo que calla respecto a las víctimas... y las instituciones que lo alientan. 
Los carteles solidarizándose con quienes hoy empiezan a ser juzgados escandalizan a cualquiera que tenga algo de sentido común, algo de sensibilidad humana, algo de persona.


El clima de acoso y desprecio hacia la Guardia Civil es de verdadero bochorno: un monigote que semeja un Guardia Civil volando por los aires colgado a un globo; unas maletas colocadas a la puerta del Cuartel en explícita invitación de salida; … ¡Fuera!. Ese es el clima.


Desde aquí, hoy que vuelve a estar presente en la mente de todos la terrible agresión sufrida por unos hombres y sus novias en un rato de ocio por su condición de Guardias Civiles, quiero mandarles mi simpatía y mi afecto y quiero lamentar que el clima de rechazo hacia sus personas sea propiciado por las instituciones que debieran respetarles y agradecer su servicio a todos.


Mucho es lo que aún deben cambiar las cosas para alcanzar un clima de respeto y convivencia; no lo dejemos al azar, es preciso que no se llegue demasiado tarde.

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Retrato de María-José Peña por

"ANTE EL ESPEJO: TESTIGOS Y VIOLENCIA"
Texto de Maria Jose Peña

Hoy hemos oído, por fin, lo que ya sabíamos. Algunos principales testigos nos lo han dicho.

Hoy lo ha oído también toda España. Toda. Incluso los que siendo miembros del Gobierno en aquellos días aciagos, no lo sabían. Y actuaron como tal. Es decir, actuaron con desconocimiento irresponsable, tarde y mal.

Hoy hemos oído las palabras de los que sí recuerdan, de a los que sí les consta, de los que estuvieron aquí y supieron lo que había y se hacía aquí. 

Lo que después aprecien los Jueces, será lo que deban apreciar, pero hoy hemos tenido la satisfacción de oír, ¡por fin! que lo que vivimos aquellos días lo apreciaron en toda su descarnada realidad unos funcionarios importantes pero de menor rango que aquellos a quienes les correspondía nuestro amparo. Porque hoy algunos han hablado con claridad para vergüenza de los que no se enteraron o no se quisieron enterar.

Es muy grave lo que pasó, aquella pendiente iniciada años antes que desembocó, finalmente, en el asalto al Estado que hoy se juzga. El sufrimiento que los responsables y todos cuántos les apoyaron causaron entre tantísimos ciudadanos debería amargar en sus conciencias.
Pero, además de lo padecido, hay algo más que duele a cualquiera de los ciudadanos que vivieron tanta zozobra y tanta inseguridad: duele el abandono de que fuimos objeto por parte de los obligados a la defensa de tanto derecho vulnerado. Por eso, los testimonios de hoy son un bálsamo tanto por el reconocimiento público de una situación real cuyos autores se han obstinado en negar cómo por el conocimiento de la actuación de unos funcionarios que, ellos sí, supieron estar a la altura del cumplimiento de su deber.
Pero esos mismos testimonios son también un latigazo para las conciencias dormidas de gobernantes y oposición que fueron incapaces de ponerse de acuerdo con celeridad y contundencia para salvar lo que estaba siendo atropellado, la Ley y los derechos iguales que nos reconoce a todos.

Esta noche desearía que muchos reflexionaran. Unos porque se hayan visto ante el espejo que les ha devuelto la real y horrible imagen de sus acciones; otros porque les devuelva la imagen de sus inacciones, sus desconocimientos culpables, sus olvidos, su cicatería. Y algunos otros, yo entre ellos, alcanzarán por fin una paz ligera, la que surge de que por fin se haya declarado la verdad antes silenciada."

Fuente: Retrato por CristinaCasanova Seuma
 — con Maria Jose Peña.

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