Sobre el abuso de siglas políticas María-José Peña: El laberinto de los nombres de los partidos políticos españoles

Han pasado "muy pocas horas" desde que se conociera el "Acuerdo para un futuro Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias", y doy sus nombres y no las siglas de sus Partidos porque "el acuerdo es personal, ajeno a las bases, y al margen de lo que establecen los Estatutos de sus Partidos".

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«Aquí y ahora de lo que debemos hablar es de quién o quiénes apoyan las políticas de unidad entre iguales, de igualdad entre todos, de libertad para el ejercicio de derechos, y de respeto a la Ley dada, sin perjuicio de intentar reformarla en lo que se estime pertinente por los cauces que ella misma fija.»

María-José Peña 219

EL LABERINTO DE LOS NOMBRES
Maria Jose Peña
Ayer a la 01:15 · 

Y en esas menos de 72 horas he leído bastantes artículos y opiniones en los que se ensalza a un centro político hoy, dicen, desaparecido que mediara y fuera bisagra entre los extremos. Quizá eso fuera posible en situaciones de normalidad pero ¡hace tantos años que en España no se vive una situación de normalidad!.

Busco en mis recuerdos de los últimos años y no recuerdo ninguna formación a la que se pudiera llamar “de centro”.

Mientras al PSOE, al PSC, a lo que fue la izquierda comunista y a Podemos se les ha llamado de izquierdas y se les ha situado a la izquierda, al PP y a parte del nacionalismo catalán se les ha llamado de derechas y se les ha colocado a la derecha. Parece pues que, aunque pendular, el centro era C's.

Pero en España ha sucedido algo muy curioso en estos años: la desaparición de la normalidad. Mientras la izquierda se aliaba o entendía con parte de la derecha catalanista y vasca, el PP se diluía entre complejos y no se mostró nunca como verdadero representante de los valores que caracterizan a la derecha.

Y el Centro, ese centro que supuestamente encarnaba C's, también nos despistó porque aunque surgió como fuerza escorada a la izquierda, acabó escorada a la derecha.
Es decir, que nadie estaba en su sitio.

Con esa confusión, ha ido careciendo de sentido el nombre de la posición ideológica que cada uno ha sostenido y el lugar en que se ha ubicado, y, por el contrario, ha ido cobrando importancia la posición-actuación que mantenía frente a cada uno de los grandes problemas que han aquejado y aquejan a España.

Y uno de los más graves del momento, si no el que más, es la situación en Cataluña. Ante el problema creado en Cataluña por el nacionalismo en el poder, en el que se hallaban unidas defendiendo las mismas posturas de supremacía y exigencia frente al resto de los españoles tanto la izquierda como la derecha catalanas, la izquierda española se unió abiertamente a ellos en la tutela y la reivindicación de tales privilegios, y la derecha se mantuvo en una posición de apaciguamiento a base de engordar los privilegios. C's, por su parte, en esa cuestión viró a la izquierda con rotundidad, salvo alguna breve indecisión, y asumió la defensa de los derechos iguales de todos y el rechazo de distintos y privilegiados derechos por razón del territorio, lo cual podría llamarse una posición de izquierda.

Así que resulta difícil saber quienes son de izquierda o de derecha y, sobre todo, quién es de centro. Más bien parece que aunque exista confusión en los nombres que se atribuyan unos u otros, donde no la hay, es en que el centro no ha existido.

Hoy se han agrupado las izquierdas para junto a las derechas nacionalistas hacer políticas de división y desigualdad, es decir, de derechas.

Las tradicionales derechas se han quedado en una cierta postura de centro, en tierra de nadie, y donde va a ser muy difícil hacer algo, especialmente porque también ellos han sido castigados en las urnas y, sobre todo, porque de tanto no hacer nada frente a lo que hacían las izquierdas, se ha confiado ya a otros lo que debían haber hecho éstos.

Así, novedosamente, aparece en el panorama político un Partido, al que todo el mundo llama de extrema derecha, que se ha alzado recogiendo los votos que antes se dieron a las derechas y al centro, para hacer las políticas de izquierdas que no llegaron a hacer y que debían ser las contrarias a las políticas de derechas que hacían las izquierdas. Y este Partido que asume ser un Partido conservador y de derechas, viene a realizar unas políticas de izquierda, es decir, de libertad, igualdad y respeto a la Ley que salvaguarda la convivencia, en la cuestión que hoy más preocupa a España, la situación en Cataluña.

Con esta realidad, llego a la conclusión de que toda etiqueta deviene falsa y equívoca. Aquí y ahora de lo que debemos hablar es de quien o quienes apoyan las políticas de unidad entre iguales, de igualdad entre todos, de libertad para el ejercicio de derechos, y de respeto a la Ley dada, sin perjuicio de intentar reformarla en lo que se estime pertinente por los cauces que ella misma fija. Y de quien o quienes apoyan e imponen políticas de división entre iguales, políticas de desigualdad que fijan la inferioridad de unos frente a la superioridad de otros, y la libertad de unos para abusar de otros, y políticas que reclaman como derecho la quiebra impune de la Ley en beneficio propio. De eso es de lo que debemos hablar y ante eso es ante lo que nos debemos retratar. Y en esa situación ni cabe ni puede caber un centro equidistante; no hay lugar para él. Así que, al menos de momento, no lo necesitamos

Por acción de unos e inacción de otros, hemos llegado a una situación en que sólo cabe actuar desde un lado u otro. Hasta ahora, sólo se ha actuado desde uno, ¿estamos a las puertas de que el recién llegado haga lo que nadie más supo hacer antes?.

Independientemente de cómo le llamemos y dónde le situemos, esa esperanza me queda.

Fuente: María-José Peña: EL LABERINTO DE LOS NOMBRES.

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